Una chiva borrachona y parrandera se convierte en atractivo en Montecristi

MONTECRISTI.- Esta ciudad es una de las 32 provincias que tiene la República Dominicana, ubicada al noroeste de la isla Hispaniola, fundada hacia 1533 por el canario Juan de Bolaños y donde se sabe que una chiva o cabra toma alcohol como un humano, lo que se ha convertido en un atractivo para muchos y aumentar las ventas de cervezas en colmadones. Casi nadie la ve comiendo hojas como las demás cabras, pero se le ve comiendo pan y “masita”.

Es que cada mañana, la cabra, denominada “La Borrachona” va de negocio en negocio con gestos que indican que le sirvan un trago y algo de comer.

Comerciantes establecidos a la entrada de la ciudad, ven como normal y esperan que el animal se asome a los clientes, porque supuestamente La Borrachona, hace aumentar el consumo de cerveza entre la clientela y por consiguiente ayudan a mejorar los ingresos en los negocios.

El animal se da una “juma”, término que indica una borrachera, de hombre y brinca y salta cuando la ingesta de la gaseosa ocupa su cabeza.

Cuentan que La Borrachona no es cliente exclusiva de nadie, sino que se pasea calle por calle y negocio por negocio, donde además la pican con galletas y trozos de salami, que degusta como si se tratara de un humano.

En Montecristi nadie sabe explicar quién es el propietario del caprino, que se ha convertido en todo un atractivo de la comunidad.

Cuando se asoma a los negocios, se pone en dos patas, para que el propietario sea el primero en darle de beber, lo que provoca que los clientes la inviten mesa por mesa a tomar la gaseosa.

Se ha despertado un interés tal por el caprino, que cuando no va a los negocios, porque su propietario la amarra o cualquier otra razón, los clientes de negocios preguntan y ¿La Borrachona no ha venido hoy?

Y es que La Borrachona es tan famosa como la playa El Morro, encantadora para vacacionar y disfrutar de su cristalina agua.

La Borrachona pernocta más en los negocios que van rumbo a la playa Buen Hombre de Montecristi, convirtiéndose en un espectáculo, ya que los clientes agarran sus patas y se ponen a bailar con el cuadrúpedo que actúa como humano.

Aunque nadie identifica el propietario del animal, los montecristeños aseguran que La Borrachona es un animal hasta extraño, porque casi nadie la ve comer hojas, como hacen las demás cabras.