Por Rafael Pujols
Mao.- Distinguidos lectores de este prestigioso medio, quiero compartir con ustedes un escrito que enviara a mi correo electrónico de Hotmail.com, la maestra del Recinto Mao de la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA-Mao), Solange Núñez, M.A. el 26 de Enero del presente año 2013.
Por considerarlo de interés, quiero me permitan citar dicho documento, a propósito de que el Honorable Presidente de la República, Licenciado Danilo Medina, declarara el 2013 como el año del Bicentenario del Patricio Juan Pablo Duarte. A continuación la misiva de Solange Núñez, quien es además de educadora, la Directora del Departamento de Servicios Estudiantiles de UTESA-Mao.
CARTA AL PATRICIO, JUAN PABLO DUARTE
¨Hay palabras que por las ideas que revelan llaman nuestra atención y atraen nuestra simpatía hacia los seres que las pronuncian¨. Esta expresión que yace en lo más profundo de tu ser, dichas por ti en alguna ocasión, muestran tus ideas expresadas y materializadas hasta el último día de tu vida. Son tus ideales los que me hacen sentir simpatía y reconocimiento para ti.
Sé que estas cumpliendo 200 años de tu natalicio, sé además, que ni siquiera soy contemporánea a los 63 años en que estuviste físicamente en tu tierra, más aún sé, que me hablaron tan bien de ti que despertó una curiosidad plena por saber quién eres. Eres el más grande ser humano, de nuestro terruño querido; nuestra Quisqueya; que no fuera bella si en tu corazón no estuviera enclavado hacerla libre y provocar un sinónimo de belleza y libertad.
Sé que ardía en tu corazón la valentía, el heroísmo y la responsabilidad absoluta cuando brotaron de tu alma el grito declaratorio: ¨Vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor¨.
Te aliaste al mejor de los compañeros para lograr tus objetivos y priorizaste tu vida en este trinomio: DIOS, PATRIA Y LIBERTAD. Permitiste que el Dios Todopoderoso fuera tu norte. En alguna ocasión elevaste una plegaria y pediste bastante fortaleza para no descender a la tumba sin dejar a tu patria, libre, independiente y triunfante.
De todos los valores le diste a la justicia un lugar preferencial asociándola con la felicidad de los seres. Tu corazón y tu alma se convirtieron en un manantial de palabras sabias y enérgicas porque querías el ¨todo o nada¨ al preferir que se hundiera nuestra isla si esta no había de ser libre e independiente.
Lo hermoso y apasionante de tus viajes por Estados Unidos, España y Francia fue respirar el aire de liberalismo y con un tono romántico, sentimentalista e inspirador querías eso para tu tierra.
Amargamente llegaron y se posicionaron esas tropas militares del presidente haitiano Jean Pierre Boyer pero sólo tenias 9 años. Aunque sé que para ti la madurez no significa acumulación de edad porque a tus dulce 16 ya eras todo un patriota; a los 20 maestro de escuela y a los 31 te convertiste en el padre de millones y violentando las reglas de la biología.
Pero dime, cómo te sentiste cuando después de ser proclamado presidente de la República, los traidores sólo se aguantaron seis meses, la emprendieron contra ti provocándote una expulsión del país. Fue difícil verdad, pese a esto, nunca traicionaste tu ideal trinitario al no dejarte envolver de la desilusión y regresas con más fuerza contemplando la necesidad más que nunca de tener salud, corazón y juicio porque hombres sin juicio y sin corazón conspiran con la salud de la patria.
No te negaré que han querido estorbar nuestra libertad desde tu partida, pero aún seguimos enarbolando nuestra bandera tricolor y elevando un canto a la patria, aún quedan hombres y mujeres de fortaleza que están dispuesto a garantizar su salvación.
Guardo y guardaré como un valioso tesoro, que es el trabajo que me dignifica. Quiero seguir creyendo que sabías a dónde querías llegar aún trillando un camino lleno de dificultades, hasta el punto que un exilio te obligó a no morir en tu tierra.
No sé cuándo terminen mis días, por la misma razón no quiero posponer mi más sincero agradecimiento al Padre de la Patria Dominicana, fundador de una República libre, soberana e independiente de toda potencia extranjera.
Espero que esta carta al patricio Juan Pablo Duarte, haya servido para motivar a los dominicanos que tengan la oportunidad de leerla, a ser mejores hombres y mujeres más reales, que sepan encarrilar a sus hijos por el camino del bien, la verdad, la justicia y el amor.
Recuerden, que Duarte dijo que, “Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin Honor” y que “Trabajar por y para la Patria, es trabajar para nosotros mismos”, gracias…Su más fiel servidor, Rafael Pujols, fotoperiodista.
Mao.- Distinguidos lectores de este prestigioso medio, quiero compartir con ustedes un escrito que enviara a mi correo electrónico de Hotmail.com, la maestra del Recinto Mao de la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA-Mao), Solange Núñez, M.A. el 26 de Enero del presente año 2013.
Por considerarlo de interés, quiero me permitan citar dicho documento, a propósito de que el Honorable Presidente de la República, Licenciado Danilo Medina, declarara el 2013 como el año del Bicentenario del Patricio Juan Pablo Duarte. A continuación la misiva de Solange Núñez, quien es además de educadora, la Directora del Departamento de Servicios Estudiantiles de UTESA-Mao.
CARTA AL PATRICIO, JUAN PABLO DUARTE
¨Hay palabras que por las ideas que revelan llaman nuestra atención y atraen nuestra simpatía hacia los seres que las pronuncian¨. Esta expresión que yace en lo más profundo de tu ser, dichas por ti en alguna ocasión, muestran tus ideas expresadas y materializadas hasta el último día de tu vida. Son tus ideales los que me hacen sentir simpatía y reconocimiento para ti.
Sé que estas cumpliendo 200 años de tu natalicio, sé además, que ni siquiera soy contemporánea a los 63 años en que estuviste físicamente en tu tierra, más aún sé, que me hablaron tan bien de ti que despertó una curiosidad plena por saber quién eres. Eres el más grande ser humano, de nuestro terruño querido; nuestra Quisqueya; que no fuera bella si en tu corazón no estuviera enclavado hacerla libre y provocar un sinónimo de belleza y libertad.
Sé que ardía en tu corazón la valentía, el heroísmo y la responsabilidad absoluta cuando brotaron de tu alma el grito declaratorio: ¨Vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor¨.
Te aliaste al mejor de los compañeros para lograr tus objetivos y priorizaste tu vida en este trinomio: DIOS, PATRIA Y LIBERTAD. Permitiste que el Dios Todopoderoso fuera tu norte. En alguna ocasión elevaste una plegaria y pediste bastante fortaleza para no descender a la tumba sin dejar a tu patria, libre, independiente y triunfante.
De todos los valores le diste a la justicia un lugar preferencial asociándola con la felicidad de los seres. Tu corazón y tu alma se convirtieron en un manantial de palabras sabias y enérgicas porque querías el ¨todo o nada¨ al preferir que se hundiera nuestra isla si esta no había de ser libre e independiente.
Lo hermoso y apasionante de tus viajes por Estados Unidos, España y Francia fue respirar el aire de liberalismo y con un tono romántico, sentimentalista e inspirador querías eso para tu tierra.
Amargamente llegaron y se posicionaron esas tropas militares del presidente haitiano Jean Pierre Boyer pero sólo tenias 9 años. Aunque sé que para ti la madurez no significa acumulación de edad porque a tus dulce 16 ya eras todo un patriota; a los 20 maestro de escuela y a los 31 te convertiste en el padre de millones y violentando las reglas de la biología.
Pero dime, cómo te sentiste cuando después de ser proclamado presidente de la República, los traidores sólo se aguantaron seis meses, la emprendieron contra ti provocándote una expulsión del país. Fue difícil verdad, pese a esto, nunca traicionaste tu ideal trinitario al no dejarte envolver de la desilusión y regresas con más fuerza contemplando la necesidad más que nunca de tener salud, corazón y juicio porque hombres sin juicio y sin corazón conspiran con la salud de la patria.
No te negaré que han querido estorbar nuestra libertad desde tu partida, pero aún seguimos enarbolando nuestra bandera tricolor y elevando un canto a la patria, aún quedan hombres y mujeres de fortaleza que están dispuesto a garantizar su salvación.
Guardo y guardaré como un valioso tesoro, que es el trabajo que me dignifica. Quiero seguir creyendo que sabías a dónde querías llegar aún trillando un camino lleno de dificultades, hasta el punto que un exilio te obligó a no morir en tu tierra.
No sé cuándo terminen mis días, por la misma razón no quiero posponer mi más sincero agradecimiento al Padre de la Patria Dominicana, fundador de una República libre, soberana e independiente de toda potencia extranjera.
Espero que esta carta al patricio Juan Pablo Duarte, haya servido para motivar a los dominicanos que tengan la oportunidad de leerla, a ser mejores hombres y mujeres más reales, que sepan encarrilar a sus hijos por el camino del bien, la verdad, la justicia y el amor.
Recuerden, que Duarte dijo que, “Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin Honor” y que “Trabajar por y para la Patria, es trabajar para nosotros mismos”, gracias…Su más fiel servidor, Rafael Pujols, fotoperiodista.
Carta al Patricio, Juan Pablo Duarte
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viernes, febrero 08, 2013
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