La Fundación Acción Verde advirtió ayer que las presas Monción, Rincón, Tavera-Bao y Sabana Yegua están a solo semanas de llegar a niveles críticos y planteó la importancia de no esperar a que eso ocurra para tomar medidas de choque, con la contundencia que el caso amerita.
La institución, que está conformada por el Consorcio Ambiental Dominicano, la Fundación Ecológica Punta Cana, la Fundación Loma Quita Espuela, el Grupo Jaragua, el Instituto de Derecho Ambiental, Intec-Ecológico, la Sociedad Ecológica del Cibao y la Sociedad Omitológica Hispaniola, dijo que la situación debe afrontarse con todos los recursos al alcance de las autoridades. La fundación aseguró que la intensa sequía que azota gran parte de la República Dominicana podría extenderse hasta fines de mayo. “Para entonces, las consecuencias ambientales, económicas y humanas podrían ser catastróficas”, advirtió.
Los planteamientos de Acción Verde coinciden con lo externado el pasado domingo por el director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Olgo Fernández, quien indicó que la sequía que hace meses afecta a la República Dominicana se encuentra en su peor momento. Fernández explicó que la situación es de tal magnitud, que a varios de los embalses con que cuenta el país apenas les queda un mes de agua disponible para riego. “Estamos en el peor momento de una sequía cíclica desde hace alrededor de 50 años.
La institución, que está conformada por el Consorcio Ambiental Dominicano, la Fundación Ecológica Punta Cana, la Fundación Loma Quita Espuela, el Grupo Jaragua, el Instituto de Derecho Ambiental, Intec-Ecológico, la Sociedad Ecológica del Cibao y la Sociedad Omitológica Hispaniola, dijo que la situación debe afrontarse con todos los recursos al alcance de las autoridades. La fundación aseguró que la intensa sequía que azota gran parte de la República Dominicana podría extenderse hasta fines de mayo. “Para entonces, las consecuencias ambientales, económicas y humanas podrían ser catastróficas”, advirtió.
Los planteamientos de Acción Verde coinciden con lo externado el pasado domingo por el director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Olgo Fernández, quien indicó que la sequía que hace meses afecta a la República Dominicana se encuentra en su peor momento. Fernández explicó que la situación es de tal magnitud, que a varios de los embalses con que cuenta el país apenas les queda un mes de agua disponible para riego. “Estamos en el peor momento de una sequía cíclica desde hace alrededor de 50 años.
Esta es una situación que es para ponerle atención”, dijo el funcionario del Indrhi. Entrevistado por Héctor Herrera Cabral en el programa D’ Agenda, Olgo Fernández confirmó que la mayoría de los embalses está en situación crítica, a tal nivel que la presa de Rincón solamente tiene disponible dos millones de metros cúbicos de agua, lo que implica que en 30 días se consume esa cantidad. Al abordar el tema explicó que eso se debe a que la presa de Rincón tiene un flujo de entrada muy bajo, de solamente 2.5 metros cúbicos.
“Y la presa de Sabana Yegua está también en un momento tal, que nos llevó a sostener una reunión con la gente de Bahoruco, Independencia y Barahona para graduar los despachos. ya que el protocolo establecido es el tandeo; pero quedamos que de los 12 metros cúbicos que servíamos solo enviaremos siete hacia abajo y aprovecharemos cinco en Azua“, explicó. De la Fundación Acción Verde forman parte Domingo Abreu Collado, Domingo Rodríguez, Eleuterio Martínez, Kelvin Guerrero, Luis Carvajal, Nelson Bautista, Ramón Colombo, Roberto Sánchez y Simeón Guerrero, según consta en la página de internet de esa organización. “A veces tenemos la impresión que la ciudadanía no está debidamente informada sobre la magnitud de la crisis que nos afecta; para el ciudadano común todo está normal, mientras tenga agua en su ducha o su cisterna, cuando en realidad hace tiempo debiéramos estar racionando el líquido, sea por regulación o por conciencia, y limitar al máximo las actividades no prioritarias como lavado de vehículos, riego de jardines, uso de piscinas y otros usos menos importantes. Hay que preservar la producción y más que todo el abasto de agua para consumo humano”, alertó la entidad ambientalista en un documento de prensa.
Tomando como base un reciente boletín del Instituto Caribeño de Meteorología e Hidrología, la fundación alertó al gobierno central y a la población en general, sobre la necesidad imperiosa de extremar los esfuerzos por racionar el consumo de agua a nivel nacional, pero en especial en las regiones norte, noroeste, sur y suroeste del país. Dijo que la crisis de agua demuestra que, si bien es necesaria la construcción de presas y lagunas, aún más importante es cuidar y proteger las cuencas de los ríos que abastecen estos embalses. Para la gente de Acción Verde no es prudente ni recomendable seguir construyendo infraestructuras para almacenar agua, sin que primero o a la par se restauren debidamente las cuencas hidrológicas y se protejan los llamados bosques generadores de agua”, indicó la entidad de carácter privado, sin fines de lucro ni políticos partidarios.
La visión de Osiris de León
El geólogo Osiris de León ha advertido varias veces sobre la seriedad del tema y en un artículo publicado ayer en este periódico ofrece una panorámica más dramática sobre la cuestión. “Todavía nos restan 60 días más de sequía en los cuales las lluvias serán menores de lo que han sido en los últimos 4 meses, y más regiones serán afectadas, porque además de la región suroeste y la Línea Noroeste también la región central será afectada con la reducción de lluvias”, aseguró.
Y agregó que “eso implica que implica que debemos racionar más la escasa agua que nos queda en las represas, y esperar a que llegue la segunda mitad de mayo cuando deberemos tener importantes lluvias a nivel nacional”.
El especialista ha dicho que en el trimestre febrero-marzo-abril la pluviometría se habría de reducir significativamente en las cabeceras de los ríos Nizao y Haina, que alimentan a los acueductos de Santo Domingo y San Cristóbal; en las cabeceras de los ríos Yuna y Camú que alimentan al Cibao Oriental y al bajo Yuna; en las cabeceras de los ríos Jimenoa, Yaque del Norte y Bao que alimentan a los acueductos de Jarabacoa, Santiago y Moca; y en las cabeceras de los ríos Yaque del Sur, Las Cuevas y Grande que alimentan a la presa de Sabana Yegua, y que era un deber de todos los dominicanos comenzar a racionar el agua”.
Y así ha sido, pues en el concluido mes de febrero las precipitaciones en la región suroeste han sido de apenas un 12% de lo normal, mientras en la Línea Noroeste las precipitaciones han sido apenas un 25% de lo normal.
De extremo a extremo
República Dominicana ha sentido por años los cambios buscos tiene el clima, unas veces expresados en prolongadas sequías y otras en copiosas lluvias, que se presentan, incluso, en épocas en las que –ni remotamente- se espera que haya inundaciones por efecto de éstas.
Esos lados extremos del clima han restado vuelo al sector agropecuario, disminuyendo su aporte a la economía, afectando muchas veces el Presupuesto Nacional. El cuadro actual que presenta el país en materia de agua ha vuelto a despertar las alarmas. Pero si bien las “oraciones” actuales van dirigidas a que “el cielo se vaya en agua”, otras veces las plegarias han sido para que éstas se detengan. Eso ocurrió, por ejemplo, a inicios de diciembre de 2016 cuando los torrenciales aguaceros causaron inundaciones que, en lugares como Monte Cristi y Valverde, prácticamente arrasaron plantaciones de banano, mientras en la provincia Espaillat y otros puntos del país afectaron rubros diversos.
En el año 2015 había sido totalmente distinto; fue un año esencialmente seco, tanto, que prácticamente afectó a todos los renglones de la producción agrícola. En el Cibao, una región altamente productiva y de tierras fértiles, transcurrió un tiempo considerable sin que se pudiera sembrar yuca y lo mismo ocurrió con el plátano. En el valle agrícola de San Juan (al Sur del país) se perdieron para entonces 3,600 tareas de cebolla, 7,000 tareas de maíz y varios miles de tareas de frutos, de acuerdo con datos ofrecidos para entonces por el Comité Agropecuario Unitario de la citada provincia.
En la provincia Peravia hubo cosechas enteras de sandía afectadas, berenjenas que no pudieron crecer, áreas para siembras de cebolla que debieron ser reducidas, matas de mango que no pudieron parir y pastos de ganado que cambiaron de color verde a amarillo seco, así como productores de ají que no pudieron pagar completo los préstamos que tomaron para las siembras. De otro lado, se vieron afectadas o bajo amenaza 22,013 tareas de plátanos, 21,980 de guineos, 6,800 tareas de lechosa, 2,240 de yuca, 315 de ají, 600 de habichuelas, 360 de pepinos, 829 de molondrones, 4,065 de aguacates, 6,510 de pastos para animales.
En lo que respecta 2016, en la Línea Noroeste, en la historia reciente no se había visto una situación como la de finales de ese año, en materia de daños a la producción bananera, pero no por caso de sequía, sino por mucha agua. El drama más parecido que se recuerda en esa zona fue el provocado por las tormentas Noel y Olga a finales de 2007, pero la magnitud de los daños de aquella vez no se compara la con la de 2016, en lo que a la citada musácea se refiere.
La Asociación de Exportadores de Banano de Monte Cristi, calculó que hubo 112,000 tareas afectadas o quizás más. Los daños a la producción bananera de las provincias Monte Cristi y Valverde se estimaron, preliminarmente, en 3,000 millones de pesos. La Asociación Dominicana de productores de Banano (Adobanano) calculó -de otro lado- que en el noroeste, en general, los daños al sector bananero ascendieron a los 4,000 millones de pesos y que las tareas afectadas por las riadas sumaron 173,000.
Vacas que no resistieron, cultivos que aún viven
En julio de 2018 el Gobierno debió perdir al sector arrocero, que no hiciera la tercera cosecha de ese cereal, porque se arriesgaba a tener dificultades en el camino por la carencia de agua. Aunque concretamente, la tercera cosecha arrocera a la que se refería el Gobierno en la práctica no existe como tal, sino que lo que ocurre es que algunos productores plantan de nuevo tras el corte de su segunda cosecha. “Nosotros no estamos de acuerdo con implementar esa tercera cosecha, especialmente en aquellas zonas donde hay serias dificultades con el agua, como es el caso del valle de San Juan”, expresó en ese momento el presidente de la Feeración Nacional de Productores de Arroz (Fenarroz), Mauricio María.
Como consecuencia de la actual escasez de agua en el país han muerto 1,190 vacas, según informó la pasada semana el ministro de Agricultura, Osmar Benítez. En una rueda de prensa en su despacho aseguró que en lo referente a cultivos agrícolas solo ha habido impacto en Monte Cristi por la sequía.
Si el agua es mucha también hay riesgos; vienen inundaciones
En 2017 otros fenómenos meteorológicos volvieron a causar estragos, con lluvias. Uno de ellos fue Irma, que el 7 de septiembre asomó su ojo a una distancia de 150 kilómetros de la costa de Samaná, convertido en huracán de categoría 5 y vientos de 290 kilómetros por hora, y forzó al Gobierno a suspender todas las actividades.
Una semana después de Irma llegó María y juntos –de categoría 5- formaron el dúo de los huracanes más intensos del año. María se acercó a unos 90 kilómetros de la costa de Puerto Plata con categoría 4, provocando graves daños en esa provincia que ya había sido devastada por las constantes lluvias ocurridas también en esa zona entre marzo y abril de 2017. El huracán María dejó acumulados de lluvias de hasta 500 milímetros, 9,529 viviendas anegadas y 188 destruidas y otras 861 recibieron destrucción parcial, de acuerdo con reportes oficiales. Los daños se sintieron más en las franjas norte y este del país. En agricultura se calculó que más de 790,000 tareas fueron afectadas, lo que generó pérdidas por RD$1,098 millones, conforme las estimaciones del Ministro de Agricultura. Para mitigar los efectos de esos fenómenos el Gobierno comprometió parte del presupuesto de 2018. A los desastres dejados por Irma y María se sumaron daños por RD$50,000 millones en infraestructura, provocados por las constantes lluvias que hubo entre noviembre de 2016 y marzo de 2017.
Mediciones hechas por el Índice de Vulnerabilidad
En América Latina y el Caribe, en 2017 este país ocupó el quinto lugar entre diez de la región incluidos en la categoría de riesgo extremo, en el Índice de Vulnerabilidad al Cambio Climático, que mide los índices de exposición, sensibilidad y capacidad adaptativa. En el índice de sensibilidad, que analiza la susceptibilidad de la población a sequías, incendios forestales, ciclones, tormentas tropicales, y otros fenómenos extremos relacionados con el clima, el país ocupó el segundo lugar, según el citado índice. En el de exposición, que evalúa el riesgo de ser impactado por esos fenómenos, el país se ubicó en el sexto lugar.
En el índice de capacidad adaptativa, que estima la habilidad o el potencial de las instituciones de los países, su economía y su sociedad para ajustarse a las presiones existentes o previstas resultantes del cambio climático o para aprovecharlas, el país se ubica en el noveno lugar. En todos los casos el país quedó en rojo, según un estudio de la Corporación Andina de Fomento (CAF) del 2014.
A ganaderos
El indrhi ha hecho 198 pozos para hacer frente al faltante de agua, informó la semana pasada el ministro Osmar Benítez.
Adelantado
El 7 de agasto del año pasado 2018 el presidente Danilo Medina recibió un informe de la proyección de la sequía.
Trayectoria
En el año 2016 llovió por 47 días y la industria bananera se afectó por las inundaciones, aseguró Osmar Benítez.
(Fuente: elcaribe.com.do)
Fundación Acción Verde alerta consecuencias de sequía pueden ser catastróficas
Reviewed by Noticias del Noroeste
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martes, marzo 12, 2019
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