Santiago.- El número de haitianos que intenta ingresar clandestinamente a República Dominicana sigue en aumento cada día, a pesar de que las autoridades de este último país han redoblado los controles en la frontera común, según aseguraron hoy fuentes castrenses.
El Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) dijo que entre el sábado y el domingo se incautó de 30 motocicletas y 11 vehículos que transportaban a más de 300 haitianos indocumentados, quienes fueron arrestados y devueltos a su país cuando intentaban cruzar a territorio dominicano. Las autoridades militares dijeron que hay haitianos que se dedican a transportar a sus compatriotas que cruzan la frontera hasta las ciudades dominicanas de Santiago y Puerto Plata (norte) y Mao (noroeste), principalmente.
Por otra parte, el cónsul haitiano en Dajabón, Jean Batiste Bien Aimé, dijo a periodistas locales que a República Dominicana le asiste todo el derecho de repatriar a su país a los haitianos indocumentados.
El diplomático explicó que todos los países del mundo tienen sus leyes y normas en materias migratorias y que el extranjero que las viola debe comprender las consecuencias que encara.
No obstante, explicó que las deportaciones deben hacerse respetando los derechos humanos de los afectados.
En tanto, el sociólogo haitiano Joseph Paul Garrigá defendió el derecho que tiene el país de repatriar a sus compatriotas indocumentados que viven en este territorio.
"Me duele decirlo, pero mientras República Dominicana siga siendo la válvula de escape de los haitianos pobres, que son mayoría, los políticos de mi país no se preocuparán por mejorar su calidad de vida y de garantizarle los bienes y servicios esenciales que necesitan para vivir en un ambiente con dignidad humana", dijo el profesional haitiano al comparecer al programa en el Mismo Blanco de la ciudad de Santiago.
En ese contexto, explicó que es bochornoso e indignante la forma en que viven los damnificados del terremoto que destruyó parte de su país el 12 de enero del año pasado y que el Gobierno, los políticos y los ricos se han desentendido, pero peor aún son las violaciones sexuales de mujeres y niñas y niños, los abusos, el hambre, la promiscuidad y las presiones que recibe esa gente y pocos organismos internacionales se pronuncian al respecto.
Garrigá entiende que Amnistía Internacional, más que pedirle a las autoridades dominicanas que detengan las repatriaciones de haitianos indocumentados, lo que tiene que hacer es denunciar los desalojos forzosos con el apoyo de funcionarios del Gobierno haitiano de miles de refugiados del sismo, las violaciones sexuales, la dejadez y el descuido de los funcionarios públicos hacia esa gente.
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