CARACAS, Venezuela (AP) — Nicolás Maduro espera
aprovechar una ola de dolor para ganar el domingo las elecciones
presidenciales extraordinarias de Venezuela y obtener el apoyo de los
electores para ocupar el cargo del fallecido presidente Hugo Chávez, el
adorado y carismático líder que lo escogió para seguir adelante con la
desordenada e inconclusa revolución chavista.
Quien sea que gane, Maduro o el retador de la oposición, Henrique Capriles, heredará numerosos problemas.
Aunque todavía es el favorito, la gran ventaja de Maduro en las
encuestas de opinión se ha reducido significativamente en las últimas
semanas en momentos en que los venezolanos se ven obligados a enfrentar
una amplia gama de problemas que muchos atribuyen a la mala
administración de la economía y la infraestructura por parte de Chávez:
apagones crónicos, inflación muy superior al 10% y escasez de alimentos y
medicinas. A eso se agrega la rampante ola de delincuencia; Venezuela
tiene una de las mayores tasas de homicidios y secuestros del mundo.
Maduro, un antiguo activista sindical con estrechos lazos con Cuba
que fue canciller de Chávez, dio el jueves señales de sentirse abrumado
durante el último discurso de campaña ante cientos de miles de fieles
con camiseta roja.
"Yo necesito el apoyo de ustedes. Esta tarea que me dejó el
comandante Chávez es una tarea muy difícil", dijo Maduro, quien se
convirtió en presidente encargado después que Chávez falleció de cáncer
el 5 de marzo. "Esto de ser presidente y conductor de una revolución es
una vaina bien arrecha (algo muy difícil)".
Capriles, de 40 años y gobernador estatal que perdió a manos de
Chávez en las elecciones presidenciales de octubre, criticó fuertemente
el historial del gobierno socialista de promesas incumplidas mientras
recorría el país en una gira vertiginosa. El guión de su campaña incluyó
leer una lista de proyectos inconclusos de carreteras, puentes y
ferrocarriles, antes de preguntar qué productos escaseaban en las
tiendas.
Maduro, de 50 años, presentó un mensaje sencillo, un tema de la
campaña presidencial de octubre. "Yo soy Chávez. Todos somos Chávez", y
ha prometido ampliar una amplia gama de programas creados por el hombre a
quien llamó el "Jesucristo de América Latina", financiados por un
billón de dólares en ingresos petroleros durante los 14 años que Chávez
estuvo en el poder.
Maduro movilizó a una burocracia estatal de casi 2,7 millones de
empleados creada por Chávez mientras cimentaba un control casi
monopólico sobre el poder, usando a figuras leales en el poder judicial
para intimidar y disminuir a la oposición, en particular a sus medios de
radio y televisión.
Pero no hay soluciones fáciles al desastre venezolano.
Muchas fábricas en el corazón del país operan a media capacidad
debido a los estrictos controles de divisas que las han dejado sin la
moneda fuerte que necesitan para importar productos. Líderes
empresariales afirman que algunas compañías están al borde de la
bancarrota, incapaces de ampliar sus líneas de crédito con proveedores
en el extranjero.
Chávez impuso el control de cambio hace una década para eliminar la
fuga de capital en momentos que expropiaba grandes extensiones de tierra
y numerosos negocios privados.
Pero el tiro le ha salido por la culata. En el dinámico mercado negro
los dólares se venden a tres veces la tasa de cambio oficial y Maduro
ya ha devaluado dos veces este año la moneda nacional, el bolívar.
El gobierno culpa de la escasez de leche, mantequilla, harina de maíz
y otros bienes de alto consumo al acaparamiento. Por su parte, la
oposición culpa a los controles de precios ordenados por Chávez para
controlar la elevada inflación.
"Chávez es algo único en el sentido de que sobrevivió una gran
popularidad durante años de estanflación", dijo Siobhan Morden, jefe de
Estrategia para América Latina de Jefferies LLC. "Los votos de
conmiseración (a favor de Maduro) perderán vigencia, ¿y puede él
sobrevivir un período (presidencial) de seis años con estanflación? Si
él cree que tiene que impulsar la economía, ¿qué hará dadas las
limitaciones ideológicas?", agregó.
Capriles afirma que dará vuelta atrás a las expropiaciones de
tierras, que, argumenta, han arruinado algunas granjas y convertido a
Venezuela en un importador neto de bienes, como carne vacuna y café.
Pero incluso Capriles dice que los controles de cambio y precios no
pueden eliminarse de inmediato sin provocar una pérdida desastrosa en el
valor del bolívar. Como forma de inyectar dólares de inmediato a la
economía, Capriles ha propuesto poner fin a los envíos de petróleo a
Cuba en términos preferenciales.
Capriles también reestablecería relaciones estrechas con Estados
Unidos, país al que Chávez denigró después de una intentona golpista en
2002 que Washington apoyó inicialmente.
La campaña de Maduro no ha sido de ideas, sino de alabanzas a Chávez.
Maduro ha seguido el guión de su mentor de culpar de los problemas
del país al sabotaje y a los subterfugios de "la extrema derecha", a los
paramilitares colombianos, a los que desde Estados Unidos presionan por
un golpe y a otras fuerzas oscuras. Pero nunca presenta pruebas. Los
sospechosos "capturados" rara vez son identificados.
Y los chavistas aceptan completamente lo que dice la maquinaria
mediática del gobierno, poderosa y ubicua. Una de esas personas es
Yadaira Núñez, una abuela de 43 años casada con un bombero voluntario
que vive con tres generaciones de familiares en una choza de madera en
una zona ocupada en las afueras de la cuidada de Valencia, en el centro
del país.
Al preguntársele si no estaba harta de los socialistas en el gobierno
debido a los apagones y la escasez de alimentos, Núñez dijo: "Bueno,
eso también es sabotaje. No hay que cerrar los ojos a la realidad".
"¿Cuál es la evidencia? ¿Que al aproximarse las elecciones no hay
harina? Mira, mi nieta no tiene leche porque no conseguimos leche en
ningún lado", dijo.
Para muchos venezolanos resulta suficiente que Chávez les haya dicho que voten por Maduro, por ahora.
"No votar por Maduro sería traicionarlo a él", dijo Núñez
refiriéndose a Chávez. ¿Y si Maduro prueba ser un fracaso? "Lo sacamos,
lo sacamos inmediatamente".
Quienquiera que gane todavía tendrá la ventaja de precios
históricamente altos del petróleo que Chávez disfrutó durante la mayor
parte de sus años en el poder y que le permitieron invertir 500.000
millones de dólares en programas sociales y reducir el índice de pobreza
de 50% a aproximadamente 30%.
Pero ha tenido un costo elevado.
La deuda de la petrolera estatal PDVSA llegó a 40.000 millones de
dólares el año pasado cuando Chávez ordenó que la compañía se dedicara a
la distribución de alimentos y a la financiación de programas sociales.
Los críticos dicen que el gobierno no invirtió en el sector petrolero
y la actividad de producción y refinado se desplomó y que los ingresos
por concepto del petróleo bajaron de 5.600 millones de dólares hace
cinco años a 3.800 millones de dólares en 2012.
El país incluso importa 100.000 barriles diarios de gasolina de Estados Unidos.
Ni Maduro ni Capriles tienen el gran carisma de Chávez, quien pasaba
horas en televisión en intervenciones pintorescas y administraba hasta
el último detalle al convertir quejas de la ciudadanía en órdenes a sus
ministros, que tenían que solucionarlas de inmediato.
No era la forma más efectiva de gobernar, pero encantaba a millones.
Maduro ha batallado por ganarse el afecto de los chavistas.
"Maduro es muy aburrido. Monta un show que fue bastante entretenido,
pero cuando comienza hablar uno quiere que termine rapidito", dijo
Lorena Franco, una enfermera de 25 años.
Entre los partidarios de Capriles hay un optimismo cauteloso. La
asistencia a sus actos de campaña fue de cientos de miles de personas,
que sabían que no es el favorito pero también opinan que Maduro no podrá
llevar a término ni siquiera la mitad de su período de seis años.
"Creo que la gente se va a voltear (contra Maduro)", dijo Danais
Trepiano, una madre de 30 años con el cabello negro a la moda y varios
tatuajes.
Trepiano es un ejemplo de los venezolanos jóvenes de clase media alta
que se sienten excluidos y vilipendiados en un país patas arriba.
El padre de Trepiano tuvo que cerrar su negocio de fabricación de
bolsos de piel. Ella lo ayuda a diseñar camisetas y a venderlas por
internet y se ha dado por vencida en tratar de encontrar un empleo.
La joven asistió a escuelas privadas pero no puede darse el lujo de
ofrecerle lo mismo a su hija de seis años, que asiste a una escuela
pública donde Trepiano dijo que le lavan el cerebro con propaganda
chavista.
"Yo le dije: 'Voy a la marcha de Capriles'. Y ella me dijo: 'Pero Chávez es el corazón del pueblo, me lo dicen en la escuela' ".
Trepiano, que tiene doble ciudadanía venezolana y española, lucha por decidir si se queda en su país natal.
"Cuando me sienta bien ahogada, me voy", dijo. "Estoy cansada de la
inseguridad. Estoy cansada de no encontrar cosas cuando voy a las
tiendas".
Sucesor de Chávez heredará numerosos problemas
Reviewed by Noticias del Noroeste
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sábado, abril 13, 2013
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