Santo Domingo-. Las lluvias que desde hace días afectan gran parte del territorio nacional continuarán hasta el próximo domingo, informó ayer la directora de la Oficina Nacional de Meteorología, Gloria Ceballos.
Los fuertes aguaceros han dejado como saldo más de 1,500 personas desplazadas, decenas de comunidades incomunicadas y daños en la agricultura. Ceballos explicó que las precipitaciones obedecen al campo nuboso que dejó sobre el país el área de disturbio tropical que lo afectó por un tiempo. El fenómeno evolucionó a depresión tropical, pero no ofrece peligro para la República Dominicana.
La Onamet mantiene el aviso contra inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra a los residentes en zonas bajas próximas a ríos, arroyos y cañadas en las provincias de María Trinidad Sánchez, Duarte (en especial los del Bajo Yuna), Monte Plata, Santo Domingo, Samaná, Sánchez Ramírez, Santiago, Espaillat, Hato Mayor, El Seibo, La Altagracia, La Romana, San Pedro de Macorís, San Cristóbal, San José de Ocoa, Peravia, Barahona, La Vega, Monseñor Nouel y el Distrito Nacional.
En tanto que el panorama en algunas zonas de la capital es desolador. El que no perdió su casa, perdió parte de sus ajuares, pero nadie se queda sin lamentarse de las consecuencias de las lluvias en sectores de Herrera y en Manoguayabo.
El agua inundó hasta la mitad la casa de Reynaldo Torres. Se le dañó la nevera, la lavadora y los colchones de dos camas. Su madre tuvo que refugiarse en casa de familiares porque era imposible pernoctar en la calle Progreso, de Manoguayabo.
En esa zona, conocida como La Chorrera, unas 22 casas se inundaron. Cada vez que llueve, la angustia se apodera de sus residentes, quienes están a la espera de que el Ayuntamiento del Distrito Nacional resuelva el problema del drenaje.
Mientras que en el Libertador, Herrera, doce casas amanecieron inundadas en la parte atrás de la calle Primera y otras tres quedaron destruidas por una pared que se derrumbó. Sara Capellán aún dormía cuando se desplomó el techo de su casa. Se salvó de milagro.
“Mi esposo, mis hijos y yo estamos repartidos en casas de vecinos y amigos. Lo perdí todo. Esta ropa que tengo puesta me la regaló una vecina”, indicó.
Otras casas de esa área podrían correr la misma suerte si persisten las lluvias, porque la parte del muro que quedó entero está cuarteado.
Los moradores en las inmediaciones de la cañada del Indio, en Herrera, también han sufrido daños. Aseguraron que los dejaron fuera del proyecto en el que se arregló la cañada de Guajimía.
“Estaban trabajando muy bien en los tres puentes, pero hace cuatro meses que pararon. Cada vez que llueve el agua se mete en las casas. La gente pierde todas sus cosas”, explicó Ramón Pérez.
Incomunicados
Adolfo Tavárez, corresponsal de El Caribe, reportó que la Defensa Civil informó que en la provincia Duarte aumentó a 687 el número de familias incomunicadas, pertenecientes a las comunidades Las Coles, Loma Colorada, Limón del Yuna, Los Contreras y Juana Rodríguez.
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viernes, julio 23, 2010
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