Washington (EFE).– Estados Unidos responsabilizará a las Fuerzas Armadas de Venezuela si el intento de ingresar la ayuda humanitaria en Venezuela a partir del sábado resulta en “un derramamiento de sangre”, y podría reaccionar con sanciones o repercusiones para sus familiares en el extranjero si eso ocurre.
En una entrevista con Efe, un alto funcionario estadounidense auguró, no obstante, que los militares venezolanos permitirán que entre la asistencia en el país tal y como desea Juan Guaidó, quien se proclamó presidente interino de Venezuela en enero.
“Seguimos confiados en que las Fuerzas Armadas no solamente van a acudir al llamado de Juan Guaidó, pero (además) el mundo va a estar mirando muy de cerca, y tienen la oportunidad de tomar una decisión”, afirmó este viernes el funcionario, que pidió el anonimato.
La fuente se mostró “optimista de que las Fuerzas Armadas de Venezuela” cumplirán con su responsabilidad de “proteger al pueblo de Venezuela y no hacerle daño al pueblo de Venezuela”.
“Estamos preparados para premiarlos si lo hacen”, pero también para castigarlos si no es así, explicó. “Si hay un derramamiento de sangre dentro de Venezuela, sería culpa de las Fuerzas Armadas de Venezuela y de sus guardias cubanos”, opinó.
El funcionario aseguró que “casi toda la jerarquía militar venezolana tiene sus familiares fuera de Venezuela”, en particular en el Caribe, en España y en Florida (EE.UU.), y Washington sabe “dónde están” y “dónde tienen guardado su dinero”.
Si no rompen con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, “el círculo se les va a cerrar a sus familiares, van a tener que regresar a Venezuela a vivir en la miseria y en el miedo”, alertó.
En cambio, si lo hacen, EE.UU. está preparado para sacarlos de las listas de sanciones estadounidenses y abrirles “las puertas a ellos y a sus familiares a que vivan una vida normal, y que puedan disfrutar de un país próspero y democrático”.
Guaidó ha prometido que la ayuda humanitaria donada por EE.UU. y otros países, y almacenada en parte en Cúcuta (Colombia), ingresará el sábado a Venezuela en medio de una gran movilización ciudadana.
Pero Maduro rechaza recibir las donaciones, que considera un “regalo podrido”, y achaca la crisis en su país a un presunto “bloqueo” y “persecución financiera” internacional contra su Administración.
En una entrevista con Efe, un alto funcionario estadounidense auguró, no obstante, que los militares venezolanos permitirán que entre la asistencia en el país tal y como desea Juan Guaidó, quien se proclamó presidente interino de Venezuela en enero.
“Seguimos confiados en que las Fuerzas Armadas no solamente van a acudir al llamado de Juan Guaidó, pero (además) el mundo va a estar mirando muy de cerca, y tienen la oportunidad de tomar una decisión”, afirmó este viernes el funcionario, que pidió el anonimato.
La fuente se mostró “optimista de que las Fuerzas Armadas de Venezuela” cumplirán con su responsabilidad de “proteger al pueblo de Venezuela y no hacerle daño al pueblo de Venezuela”.
“Estamos preparados para premiarlos si lo hacen”, pero también para castigarlos si no es así, explicó. “Si hay un derramamiento de sangre dentro de Venezuela, sería culpa de las Fuerzas Armadas de Venezuela y de sus guardias cubanos”, opinó.
El funcionario aseguró que “casi toda la jerarquía militar venezolana tiene sus familiares fuera de Venezuela”, en particular en el Caribe, en España y en Florida (EE.UU.), y Washington sabe “dónde están” y “dónde tienen guardado su dinero”.
Si no rompen con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, “el círculo se les va a cerrar a sus familiares, van a tener que regresar a Venezuela a vivir en la miseria y en el miedo”, alertó.
En cambio, si lo hacen, EE.UU. está preparado para sacarlos de las listas de sanciones estadounidenses y abrirles “las puertas a ellos y a sus familiares a que vivan una vida normal, y que puedan disfrutar de un país próspero y democrático”.
Guaidó ha prometido que la ayuda humanitaria donada por EE.UU. y otros países, y almacenada en parte en Cúcuta (Colombia), ingresará el sábado a Venezuela en medio de una gran movilización ciudadana.
Pero Maduro rechaza recibir las donaciones, que considera un “regalo podrido”, y achaca la crisis en su país a un presunto “bloqueo” y “persecución financiera” internacional contra su Administración.
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