AFP-. El gobierno de México informó este miércoles que van 95 personas fallecidas por la explosión de un ducto en el central estado de Hidalgo el viernes pasado mientras era saqueado por cientos de civiles.
“En las últimas 24 horas solo ocurrieron dos defunciones (...). En el conteo de los fallecidos, a los 93 que ayer mencioné, más dos son 95”, indicó el secretario de Salud, Jorge Alcocer.
El funcionario dijo que se tendrá que hacer una adecuación con los números que manejó el estado de Hidalgo, que el martes informó que eran 98 fallecidos.
“De los 46 pacientes del corte de ayer, menos los dos fallecidos, permanecen bajo nuestro cargo hospitalizados 44 pacientes”, agregó.
La tarde del viernes, el ducto fue perforado provocando un potente chorro de gasolina que atrajo a varios pobladores de la localidad de Tlahuelilpan, en Hidalgo, incluyendo familias enteras, que con baldes y bidones recolectaban la gasolina cuando los sorprendió la explosión.
El estallido ocurrió cuando el gobierno encabeza una estrategia nacional para acabar con el robo de combustible.
El martes, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador anunció planes sociales en zonas pobres donde ha florecido el robo de gasolina.
En una gira por el central Estado de México, López Obrador prometió que “ningún mexicano va a tener la necesidad de dedicarse a esas actividades porque va a tener ahora trabajo y a tener bienestar”.
En el robo de combustibles participan desde grupos criminales que perforan ductos de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y que cuentan con camiones cisterna y centros de almacenamiento, hasta algunos pobladores que en bidones venden la gasolina en carreteras comunales.
Poderosos cárteles de narcotraficantes también se han involucrado en esta industria ilícita, que en 2017 le costó al estado mexicano unos 3.000 millones de dólares.
El “huachicol” -como se le conoce en México al combustible robado- cuesta en promedio la mitad del precio de las gasolinas en el mercado y Pemex investiga si estaciones de servicio son abastecidas por grupos criminales.
“En las últimas 24 horas solo ocurrieron dos defunciones (...). En el conteo de los fallecidos, a los 93 que ayer mencioné, más dos son 95”, indicó el secretario de Salud, Jorge Alcocer.
El funcionario dijo que se tendrá que hacer una adecuación con los números que manejó el estado de Hidalgo, que el martes informó que eran 98 fallecidos.
“De los 46 pacientes del corte de ayer, menos los dos fallecidos, permanecen bajo nuestro cargo hospitalizados 44 pacientes”, agregó.
La tarde del viernes, el ducto fue perforado provocando un potente chorro de gasolina que atrajo a varios pobladores de la localidad de Tlahuelilpan, en Hidalgo, incluyendo familias enteras, que con baldes y bidones recolectaban la gasolina cuando los sorprendió la explosión.
El estallido ocurrió cuando el gobierno encabeza una estrategia nacional para acabar con el robo de combustible.
El martes, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador anunció planes sociales en zonas pobres donde ha florecido el robo de gasolina.
En una gira por el central Estado de México, López Obrador prometió que “ningún mexicano va a tener la necesidad de dedicarse a esas actividades porque va a tener ahora trabajo y a tener bienestar”.
En el robo de combustibles participan desde grupos criminales que perforan ductos de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y que cuentan con camiones cisterna y centros de almacenamiento, hasta algunos pobladores que en bidones venden la gasolina en carreteras comunales.
Poderosos cárteles de narcotraficantes también se han involucrado en esta industria ilícita, que en 2017 le costó al estado mexicano unos 3.000 millones de dólares.
El “huachicol” -como se le conoce en México al combustible robado- cuesta en promedio la mitad del precio de las gasolinas en el mercado y Pemex investiga si estaciones de servicio son abastecidas por grupos criminales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario