Washington (EFE).- El presidente de EE.UU., Donald Trump, se enrocó ayer en su exigencia de obtener 5.000 millones de dólares para construir el muro en la frontera con México y aseguró que paralizará su propia Administración si no lo consigue, en una tensa reunión con los líderes de la oposición demócrata en el Congreso.
Diez días antes de que expiren los fondos que mantienen activas buena parte de las agencias federales de EE.UU., Trump exigió que cualquier medida que apruebe el Congreso contenga una partida presupuestaria para su polémico proyecto de muro, que lleva dos años tratando de financiar sin éxito.
"Si no consigo lo que quiero, cerraré el Gobierno. Estoy orgulloso de cerrar el Gobierno debido a la seguridad fronteriza", aseguró Trump durante una reunión en el Despacho Oval con los líderes demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el Senado, Chuck Schumer.
Lo que debía ser una delicada negociación a puerta cerrada se convirtió en un espectáculo televisado, después de que la Casa Blanca invitara a la prensa a presenciar el comienzo del encuentro.
Cuando el debate comenzó a agitarse, los líderes demócratas instaron a Trump a hablar en privado porque la conversación se les estaba "yendo de las manos", en palabras de Pelosi; pero el mandatario mantuvo a los periodistas durante 17 minutos en la sala, hasta que emitió su amenaza de paralizar la Administración.
"Necesitamos el muro. Esto es una emergencia nacional", subrayó Trump, al advertir de la presunta entrada al país de narcotraficantes, "terroristas" y "gente con tremendas dificultades y problemas médicos", que "en muchos casos son contagiosos".
Schumer y Pelosi acudieron a la reunión con la oferta de incluir 1.300 millones de dólares para la seguridad fronteriza en el presupuesto que debe aprobarse antes del 21 de diciembre, pero insistieron en su rechazo a la construcción del muro.
Trump solo ha conseguido hasta ahora que el Congreso apruebe 1.600 millones para algunos proyectos en la frontera, como la reforma de vallas ya existentes y la inversión en tecnología.
Pero hasta ahora no ha logrado ningún fondo para la construcción del muro nuevo que prometió en su campaña electoral, y esa perspectiva se perfila aún más difícil a partir de enero, cuando los demócratas tomarán el control de la Cámara de Representantes.
Trump admitió hoy que, incluso con la composición actual del Congreso, necesitaría una decena de votos demócratas en el Senado para conseguir fondos para el muro, una tarea casi imposible.
Schumer y Pelosi no se plegaron ante el ultimátum de Trump, y declararon después del encuentro que le habían dado "dos opciones" para financiar el Gobierno, o bien con el nivel de fondos actual o bien con algunos cambios que no incluyen dinero para el muro.
"Es su decisión si quiere aceptar una de esas opciones o cerrar la Administración", indicaron los líderes en un comunicado conjunto.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, calificó el encuentro de "constructivo", pero acusó a los demócratas de preferir "una frontera abierta que un Gobierno abierto".
El líder demócrata en el Senado fue el más beligerante en la reunión con Trump, y a la salida avisó de que "si no se mueve de su postura de (pedir) 5.000 millones de dólares para el muro, no conseguirá ningún muro y conseguirá un cierre del Gobierno".
Pelosi, que aún está intentando conseguir los votos demócratas necesarios para convertirse en enero en presidenta de la Cámara Baja, se mostró más cauta en el encuentro.
Pero cuando Trump dijo que "Nancy está en una situación en la que no le resulta fácil hablar", en referencia a sus negociaciones para liderar la Cámara Baja, la veterana congresista demócrata le espetó: "por favor, no caracterice la fuerza que aporto a esta reunión".
Ese rifirrafe y el recordatorio de Schumer a Trump de que "las elecciones tienen consecuencias" marcaron un amargo preludio de la relación entre la Casa Blanca y el Congreso durante los próximos dos años de control demócrata en la Cámara Baja.
"Para él, esto del muro es como algo relacionado con su masculinidad. Como si la masculinidad pudiera asociarse con él", dijo Pelosi al regresar al Capitolio, según el Washington Post.
Diez días antes de que expiren los fondos que mantienen activas buena parte de las agencias federales de EE.UU., Trump exigió que cualquier medida que apruebe el Congreso contenga una partida presupuestaria para su polémico proyecto de muro, que lleva dos años tratando de financiar sin éxito.
"Si no consigo lo que quiero, cerraré el Gobierno. Estoy orgulloso de cerrar el Gobierno debido a la seguridad fronteriza", aseguró Trump durante una reunión en el Despacho Oval con los líderes demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el Senado, Chuck Schumer.
Lo que debía ser una delicada negociación a puerta cerrada se convirtió en un espectáculo televisado, después de que la Casa Blanca invitara a la prensa a presenciar el comienzo del encuentro.
Cuando el debate comenzó a agitarse, los líderes demócratas instaron a Trump a hablar en privado porque la conversación se les estaba "yendo de las manos", en palabras de Pelosi; pero el mandatario mantuvo a los periodistas durante 17 minutos en la sala, hasta que emitió su amenaza de paralizar la Administración.
"Necesitamos el muro. Esto es una emergencia nacional", subrayó Trump, al advertir de la presunta entrada al país de narcotraficantes, "terroristas" y "gente con tremendas dificultades y problemas médicos", que "en muchos casos son contagiosos".
Schumer y Pelosi acudieron a la reunión con la oferta de incluir 1.300 millones de dólares para la seguridad fronteriza en el presupuesto que debe aprobarse antes del 21 de diciembre, pero insistieron en su rechazo a la construcción del muro.
Trump solo ha conseguido hasta ahora que el Congreso apruebe 1.600 millones para algunos proyectos en la frontera, como la reforma de vallas ya existentes y la inversión en tecnología.
Pero hasta ahora no ha logrado ningún fondo para la construcción del muro nuevo que prometió en su campaña electoral, y esa perspectiva se perfila aún más difícil a partir de enero, cuando los demócratas tomarán el control de la Cámara de Representantes.
Trump admitió hoy que, incluso con la composición actual del Congreso, necesitaría una decena de votos demócratas en el Senado para conseguir fondos para el muro, una tarea casi imposible.
Schumer y Pelosi no se plegaron ante el ultimátum de Trump, y declararon después del encuentro que le habían dado "dos opciones" para financiar el Gobierno, o bien con el nivel de fondos actual o bien con algunos cambios que no incluyen dinero para el muro.
"Es su decisión si quiere aceptar una de esas opciones o cerrar la Administración", indicaron los líderes en un comunicado conjunto.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, calificó el encuentro de "constructivo", pero acusó a los demócratas de preferir "una frontera abierta que un Gobierno abierto".
El líder demócrata en el Senado fue el más beligerante en la reunión con Trump, y a la salida avisó de que "si no se mueve de su postura de (pedir) 5.000 millones de dólares para el muro, no conseguirá ningún muro y conseguirá un cierre del Gobierno".
Pelosi, que aún está intentando conseguir los votos demócratas necesarios para convertirse en enero en presidenta de la Cámara Baja, se mostró más cauta en el encuentro.
Pero cuando Trump dijo que "Nancy está en una situación en la que no le resulta fácil hablar", en referencia a sus negociaciones para liderar la Cámara Baja, la veterana congresista demócrata le espetó: "por favor, no caracterice la fuerza que aporto a esta reunión".
Ese rifirrafe y el recordatorio de Schumer a Trump de que "las elecciones tienen consecuencias" marcaron un amargo preludio de la relación entre la Casa Blanca y el Congreso durante los próximos dos años de control demócrata en la Cámara Baja.
"Para él, esto del muro es como algo relacionado con su masculinidad. Como si la masculinidad pudiera asociarse con él", dijo Pelosi al regresar al Capitolio, según el Washington Post.
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