San Diego, EE.UU. (EFE)-. Una pareja de hondureños que tras viajar con la caravana migrante ingresó a Estados Unidos, celebró el nacimiento de su segundo hijo en un hospital de San Diego, California, según trascendió ayer por fuentes oficiales.
José Miguel Ortiz y su esposa Maryuri, ambos de 19 años, llegaron a territorio estadounidense el pasado 26 de noviembre tras entregarse a elementos de la Patrulla Fronteriza que custodiaban la frontera entre Tijuana (México) y San Diego.
Maryuri, que tenía ocho meses de embarazo en ese momento, comenzó a sentir dolor abdominal, por lo que fue trasladada a un hospital de San Diego, en donde más tarde nacería su segundo hijo, Mike, según detalló un portavoz de Patrulla Fronteriza.
Tras el alumbramiento, la familia regresó a un centro de detención para que sus solicitudes de asilo fueran procesadas.
El pasado sábado fueron puestos en libertad condicional, luego de que le colocaran un grillete electrónico a Ortiz.
Tras recibir el apoyo de la organización Ángeles de la Frontera, que les facilitó hospedaje por unos días con una familia estadounidense, finalmente hoy partieron a Columbus, Ohio, en donde los albergará un pariente mientras esperan su audiencia ante un juez.
"Todos tienen su tiempo, tienen esperanza, sí, sí se puede, siguiendo las reglas, no mintiendo, pero nosotros todavía no hemos terminado nuestro caso y esperamos que termine bien", dijo Miguel Ortiz minutos antes de abordar el autobús.
Junto a él iban a su esposa y dos hijos, Santiago, de tres años, y Mike, de diez días de nacido.
La pareja partió de Honduras a mediados de octubre junto con la caravana migrante, cuya mayoría de integrantes espera en albergues de la vecina ciudad de Tijuana.
Dado que las condiciones allí no eran favorables para la familia, según dijeron, optaron por cruzar la frontera y entregarse a las autoridades estadounidense.
Ahora, con su hijo en brazos, que sus padres esperan sea estadounidense, la familia luce tranquila, pero saben que su proceso legal continúa. Tienen fechas programadas en la corte de Ohio para mediados de este mes y para finales de enero.
Antes de partir, agradecieron el apoyo recibido tanto por la organización Ángeles de la Frontera -les ofreció comida, ropa y pasajes de autobús-, como por una mujer estadounidense que les dio refugio y cuyo nombre no trascendió.
"Me siento feliz porque es otro paso que vamos a dar, pero también tenso, porque tenemos nuestras audiencias (de inmigración)", comentó Ortiz, cuyo hijo Mike podría ser el primero de los migrantes llegados con la caravana en nacer en suelo norteamericano.
Según cifras estimadas de Protección Civil mexicana a las que tuvo acceso Efe ayer, hay 2.500 migrantes de la caravana en un albergue, 1.000 han regresado a su país, 1.000 han intentado cruzar a Estados Unidos y han sido detenidos y entre 250 y 500 están en el exterior del primer albergue cerrado la semana anterior.
José Miguel Ortiz y su esposa Maryuri, ambos de 19 años, llegaron a territorio estadounidense el pasado 26 de noviembre tras entregarse a elementos de la Patrulla Fronteriza que custodiaban la frontera entre Tijuana (México) y San Diego.
Maryuri, que tenía ocho meses de embarazo en ese momento, comenzó a sentir dolor abdominal, por lo que fue trasladada a un hospital de San Diego, en donde más tarde nacería su segundo hijo, Mike, según detalló un portavoz de Patrulla Fronteriza.
Tras el alumbramiento, la familia regresó a un centro de detención para que sus solicitudes de asilo fueran procesadas.
El pasado sábado fueron puestos en libertad condicional, luego de que le colocaran un grillete electrónico a Ortiz.
Tras recibir el apoyo de la organización Ángeles de la Frontera, que les facilitó hospedaje por unos días con una familia estadounidense, finalmente hoy partieron a Columbus, Ohio, en donde los albergará un pariente mientras esperan su audiencia ante un juez.
"Todos tienen su tiempo, tienen esperanza, sí, sí se puede, siguiendo las reglas, no mintiendo, pero nosotros todavía no hemos terminado nuestro caso y esperamos que termine bien", dijo Miguel Ortiz minutos antes de abordar el autobús.
Junto a él iban a su esposa y dos hijos, Santiago, de tres años, y Mike, de diez días de nacido.
La pareja partió de Honduras a mediados de octubre junto con la caravana migrante, cuya mayoría de integrantes espera en albergues de la vecina ciudad de Tijuana.
Dado que las condiciones allí no eran favorables para la familia, según dijeron, optaron por cruzar la frontera y entregarse a las autoridades estadounidense.
Ahora, con su hijo en brazos, que sus padres esperan sea estadounidense, la familia luce tranquila, pero saben que su proceso legal continúa. Tienen fechas programadas en la corte de Ohio para mediados de este mes y para finales de enero.
Antes de partir, agradecieron el apoyo recibido tanto por la organización Ángeles de la Frontera -les ofreció comida, ropa y pasajes de autobús-, como por una mujer estadounidense que les dio refugio y cuyo nombre no trascendió.
"Me siento feliz porque es otro paso que vamos a dar, pero también tenso, porque tenemos nuestras audiencias (de inmigración)", comentó Ortiz, cuyo hijo Mike podría ser el primero de los migrantes llegados con la caravana en nacer en suelo norteamericano.
Según cifras estimadas de Protección Civil mexicana a las que tuvo acceso Efe ayer, hay 2.500 migrantes de la caravana en un albergue, 1.000 han regresado a su país, 1.000 han intentado cruzar a Estados Unidos y han sido detenidos y entre 250 y 500 están en el exterior del primer albergue cerrado la semana anterior.
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