Santo Domingo-. Héctor Hernández creía que luchaba contra el sobrepeso. Durante meses su estómago había crecido tanto que la gente no podía evitar mirarlo en la calle. Sin embargo, lo que pensó que era grasa corporal resultó realmente ser un tumor de 77 libras que se encontraba en su abdomen.
"Sólo pensé que estaba gordo. Siempre he sido un hombre grande", relató Hernández, de 47 años y residente de California, al New York Times, admitiendo que de todas forma el hecho le resultó extraño puesto que no tomaba alcohol ni tampoco comía en exceso.
Hernández empezó a hacer dietas y ejercicios pero ninguna de estas tuvo resultado. Con el tiempo su estómago creció hasta parecerse a una “pelota de playa", a tal punto de que este no podía ni siquiera agacharse para amarrarse los cordones de sus zapatos.
Lo que finalmente lo convenció a buscar ayuda profesional fue la preocupante forma en la que estaba ganando peso: mientras su barriga crecía, el resto de su cuerpo adelgazaba.
Por tal razón en 2016 fue a ver a un médico, quien le dijo que algunas personas “solo aumentan de peso de manera diferente”.
El año siguiente buscó una segunda opinión y fue entonces cuando las pruebas médicas revelaron que el tenía liposarcoma, una forma rara de cáncer que se origina en las células de grasa y se había convertido en un tumor grande en su abdomen.
Tras ser sometido a una complicada operación quirúrgica de seis horas, realizada este pasado julio, a Hernández le extrajeron el tumor, que terminó pesando 77 libras.
Desafortunadamente, los médicos aseguran que el liposarcoma probablemente regrese, y si eso sucede, el cáncer podría volverse más agresivo. La única solución es más cirugía.
Ahora Hernández tiene planeado someterse a varias tomografías computarizadas cada cuatro meses para controlar su condición.
Sin embargo, desde la cirugía, Hernández se mantiene optimista. "Gracias a Dios me siento muy bien, solo necesito mantenerme fuerte", expresa.
"Sólo pensé que estaba gordo. Siempre he sido un hombre grande", relató Hernández, de 47 años y residente de California, al New York Times, admitiendo que de todas forma el hecho le resultó extraño puesto que no tomaba alcohol ni tampoco comía en exceso.
Hernández empezó a hacer dietas y ejercicios pero ninguna de estas tuvo resultado. Con el tiempo su estómago creció hasta parecerse a una “pelota de playa", a tal punto de que este no podía ni siquiera agacharse para amarrarse los cordones de sus zapatos.
Lo que finalmente lo convenció a buscar ayuda profesional fue la preocupante forma en la que estaba ganando peso: mientras su barriga crecía, el resto de su cuerpo adelgazaba.
Por tal razón en 2016 fue a ver a un médico, quien le dijo que algunas personas “solo aumentan de peso de manera diferente”.
El año siguiente buscó una segunda opinión y fue entonces cuando las pruebas médicas revelaron que el tenía liposarcoma, una forma rara de cáncer que se origina en las células de grasa y se había convertido en un tumor grande en su abdomen.
Tras ser sometido a una complicada operación quirúrgica de seis horas, realizada este pasado julio, a Hernández le extrajeron el tumor, que terminó pesando 77 libras.
Desafortunadamente, los médicos aseguran que el liposarcoma probablemente regrese, y si eso sucede, el cáncer podría volverse más agresivo. La única solución es más cirugía.
Ahora Hernández tiene planeado someterse a varias tomografías computarizadas cada cuatro meses para controlar su condición.
Sin embargo, desde la cirugía, Hernández se mantiene optimista. "Gracias a Dios me siento muy bien, solo necesito mantenerme fuerte", expresa.
(Fuente: listindiario.com)
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