Santiago de Chile, 7 nov (EFE).– Un total de 175 ciudadanos haitianos viajaron hoy de regreso a su país en el inicio de un “Plan Humanitario de Retorno Ordenado” del Gobierno chileno destinado a inmigrantes de ese país que de forma voluntaria opten por el retorno.
Los haitianos fueron embarcados en un Boeing 767 de la Fuerza Aérea de Chile (FACH) utilizado a veces como avión presidencial y se comprometieron a no regresar a Chile por un período de nueve años.
“El esfuerzo que hace el país de financiar un vuelo con estas características, requiere, por parte de quien lo usa, un compromiso de no regresar, sino sería un ingreso y salida permanente con financiamiento del Estado”, dijo a los periodistas el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, al explicar el sentido de esa medida.
Para algunas organizaciones que trabajan con inmigrantes, se trata de una deportación encubierta, lo que fue descartado por el Gobierno por tratarse de una opción voluntaria.
Problemas con el idioma, las dificultades para encontrar empleo o viviendas adecuadas, las actitudes racistas o xenófobas de algunos chilenos, la separación familiar y hasta no poder soportar el frío clima del país son algunas de las causas esgrimidas por quienes eligieron el regreso.
Los 175 viajeros, todos ellos adultos, fueron reunidos a primera hora en un recinto del municipio santiaguino de Estación Central y luego, tras entregar sus equipajes, fueron trasladados en autobuses hasta una base aérea aledaña al aeropuerto internacional de Santiago en la que abordaron el avión.
En el lugar fueron despedidos por el ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien calculó que habrá entre 15 y 18 vuelos hacia Haití en el marco de este plan, que no obstante, estará en una “evaluación permanente”.
Chadwick aseguró que llegaron a Chile muchos haitianos “engañados con promesas de mejores condiciones de vida y que incluso les cobraron por el viaje”.
Según el Gobierno, hasta ahora son 1.087 los haitianos inscritos en el plan de retorno, que podría extenderse a inmigrantes de otras nacionalidades, que han hecho consultas al respecto, entre ellos colombianos y dominicanos.
El subsecretario Ubilla achacó al Gobierno anterior, de la presidenta Michelle Bachelet, la llegada masiva de haitianos a Chile, que sumaron 150.000 entre los años 2016 y 2017.
“Esa es una gran cantidad de personas que la economía chilena no es capaz de absorber”, afirmó, aunque precisó que la mayoría de los 150.000 “sí están en Chile desarrollando sus proyectos de vida”.
Matizó en seguida que “siempre hay casos humanitarios”. “Cuando hablamos de una política migratoria, hablamos de una política migratoria que tiene que hacerse cargo, también, de los casos particulares”, agregó.
Respecto de quienes hablan de una deportación encubierta, Ubilla dijo que “les pedirían que primero se informen”.
“Acá hay un Gobierno que ha tomado en serio la política migratoria, ha hecho todo lo que corresponde en una política moderna migratoria y la prueba de eso es lo que está sucediendo hoy”, indicó.
De acuerdo con datos del Gobierno, en Chile hay actualmente alrededor de 1.090.000 inmigrantes, siendo los más numerosos los venezolanos, peruanos, haitianos y colombianos, en ese orden.
Los haitianos fueron embarcados en un Boeing 767 de la Fuerza Aérea de Chile (FACH) utilizado a veces como avión presidencial y se comprometieron a no regresar a Chile por un período de nueve años.
“El esfuerzo que hace el país de financiar un vuelo con estas características, requiere, por parte de quien lo usa, un compromiso de no regresar, sino sería un ingreso y salida permanente con financiamiento del Estado”, dijo a los periodistas el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, al explicar el sentido de esa medida.
Para algunas organizaciones que trabajan con inmigrantes, se trata de una deportación encubierta, lo que fue descartado por el Gobierno por tratarse de una opción voluntaria.
Problemas con el idioma, las dificultades para encontrar empleo o viviendas adecuadas, las actitudes racistas o xenófobas de algunos chilenos, la separación familiar y hasta no poder soportar el frío clima del país son algunas de las causas esgrimidas por quienes eligieron el regreso.
Los 175 viajeros, todos ellos adultos, fueron reunidos a primera hora en un recinto del municipio santiaguino de Estación Central y luego, tras entregar sus equipajes, fueron trasladados en autobuses hasta una base aérea aledaña al aeropuerto internacional de Santiago en la que abordaron el avión.
En el lugar fueron despedidos por el ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien calculó que habrá entre 15 y 18 vuelos hacia Haití en el marco de este plan, que no obstante, estará en una “evaluación permanente”.
Chadwick aseguró que llegaron a Chile muchos haitianos “engañados con promesas de mejores condiciones de vida y que incluso les cobraron por el viaje”.
Según el Gobierno, hasta ahora son 1.087 los haitianos inscritos en el plan de retorno, que podría extenderse a inmigrantes de otras nacionalidades, que han hecho consultas al respecto, entre ellos colombianos y dominicanos.
El subsecretario Ubilla achacó al Gobierno anterior, de la presidenta Michelle Bachelet, la llegada masiva de haitianos a Chile, que sumaron 150.000 entre los años 2016 y 2017.
“Esa es una gran cantidad de personas que la economía chilena no es capaz de absorber”, afirmó, aunque precisó que la mayoría de los 150.000 “sí están en Chile desarrollando sus proyectos de vida”.
Matizó en seguida que “siempre hay casos humanitarios”. “Cuando hablamos de una política migratoria, hablamos de una política migratoria que tiene que hacerse cargo, también, de los casos particulares”, agregó.
Respecto de quienes hablan de una deportación encubierta, Ubilla dijo que “les pedirían que primero se informen”.
“Acá hay un Gobierno que ha tomado en serio la política migratoria, ha hecho todo lo que corresponde en una política moderna migratoria y la prueba de eso es lo que está sucediendo hoy”, indicó.
De acuerdo con datos del Gobierno, en Chile hay actualmente alrededor de 1.090.000 inmigrantes, siendo los más numerosos los venezolanos, peruanos, haitianos y colombianos, en ese orden.
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