BUENOS AIRES (EFE)-. Dos nuevos contactos hallados cerca del primer perímetro de búsqueda del submarino argentino ARA San Juan, desaparecido con 44 tripulantes en noviembre de 2017 en el Atlántico Sur, avivan la misión iniciada en septiembre por la empresa estadounidense Ocean Infinity.
La empresa contratada por el Gobierno argentino manifestó la intención de realizar controles acústicos sobre los puntos de interés número 19 y número 20 “en la primera oportunidad favorable”.
Con los contactos de este lunes, ya son 20 los puntos investigados por el buque Seabed Constructor desde que salió a las aguas del Atlántico Sur el 7 de septiembre, todos descartados.
El pasado 9 de octubre, la Armada argentina informó de que, tras haber buscado sin éxito en las seis zonas que se establecieron en un principio, y a falta de nuevas identificaciones que estudiar, fijó una nueva zona a rastrear, situada al este de las anteriores y de una profundidad mayor, que supera los 1.600 metros.
El ARA San Juan realizó su último contacto hace casi un año, después de que se registrase una explosión en la zona en la que navegaba; una desaparición que fue seguida de una gran campaña internacional sin precedentes para tratar de rescatar a los marinos primero, y más tarde encontrar el sumergible.
Cinco meses después, la búsqueda con tecnología de primer nivel se pospuso tras la marcha del ruso “Yantar”, el último que se mantenía en el operativo.
El barco empleado por la empresa estadounidense Ocean Infinity tiene 115 metros de eslora y 8.000 toneladas de desplazamiento, y cuenta con cinco AUV (vehículos submarinos autónomos, que pueden sumergirse hasta 6.000 metros de profundidad), un helipuerto, un laboratorio informático, una grúa de 250 toneladas y lanchas rápidas.
El Seabed Constructor inició la segunda fase del rastreo, para la que el contrato fijó un plazo mínimo de dos meses y un máximo de cuatro, y recibirá 7,5 millones de dólares pactados con el Gobierno en caso de hallar el submarino.
La empresa contratada por el Gobierno argentino manifestó la intención de realizar controles acústicos sobre los puntos de interés número 19 y número 20 “en la primera oportunidad favorable”.
Con los contactos de este lunes, ya son 20 los puntos investigados por el buque Seabed Constructor desde que salió a las aguas del Atlántico Sur el 7 de septiembre, todos descartados.
El pasado 9 de octubre, la Armada argentina informó de que, tras haber buscado sin éxito en las seis zonas que se establecieron en un principio, y a falta de nuevas identificaciones que estudiar, fijó una nueva zona a rastrear, situada al este de las anteriores y de una profundidad mayor, que supera los 1.600 metros.
El ARA San Juan realizó su último contacto hace casi un año, después de que se registrase una explosión en la zona en la que navegaba; una desaparición que fue seguida de una gran campaña internacional sin precedentes para tratar de rescatar a los marinos primero, y más tarde encontrar el sumergible.
Cinco meses después, la búsqueda con tecnología de primer nivel se pospuso tras la marcha del ruso “Yantar”, el último que se mantenía en el operativo.
El barco empleado por la empresa estadounidense Ocean Infinity tiene 115 metros de eslora y 8.000 toneladas de desplazamiento, y cuenta con cinco AUV (vehículos submarinos autónomos, que pueden sumergirse hasta 6.000 metros de profundidad), un helipuerto, un laboratorio informático, una grúa de 250 toneladas y lanchas rápidas.
El Seabed Constructor inició la segunda fase del rastreo, para la que el contrato fijó un plazo mínimo de dos meses y un máximo de cuatro, y recibirá 7,5 millones de dólares pactados con el Gobierno en caso de hallar el submarino.
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