TALLÍN, Estonia (AP) — El papa Francisco reconoció el martes que los escándalos de abuso sexual que han sacudido a la Iglesia católica han indignado y alejado a los católicos de la institución y dijo que ésta debe cambiar sus caminos si quiere mantener a las futuras generaciones.
Francisco se refirió directamente a la crisis que convulsionó su papado en el cuarto y último día de su peregrinación por países bálticos, que coincidió con el lanzamiento de un informe nuevo y devastador sobre décadas de abuso sexual y encubrimiento en Alemania.
El pontífice dijo en una reunión de jóvenes en Estonia, considerado como uno de los países menos religiosos del mundo, que sabía que muchos jóvenes sentían que la Iglesia no tenía nada que ofrecerles y que simplemente no comprenden sus problemas de ahora.
“Están molestos por los escándalos sexuales y económicos que no conllevan una condena clara, por nuestra falta de preparación para apreciar realmente las vidas y las sensibilidades de los jóvenes y simplemente por el papel pasivo que les asignamos”, dijo Francisco durante una reunión con jóvenes católicos, luteranos y ortodoxos en la Iglesia Luterana de Kaarli, en la capital, Tallín.
Esas quejas llegaron al Vaticano recientemente a través de encuestas encargadas antes de una gran reunión de obispos a partir de la próxima semana sobre cómo ministrar mejor a los jóvenes católicos.
“Sabemos y ustedes nos lo han dicho, que muchos jóvenes no recurren a nosotros porque no sienten que tengamos algo significativo que decirles”, agregó. Dijo que la Iglesia quiere responder a esas quejas de forma transparente y honesta.
“Nosotros mismos necesitamos convertirnos”, dijo. “Tenemos que darnos cuenta de que para estar al lado de ustedes necesitamos cambiar muchas situaciones que, al final, los desaniman”.
Fue una admisión muy abierta de los fracasos de la Iglesia al enfrentar los escándalos de abuso sexual, que han vuelto a los titulares recientemente con revelaciones de abuso y encubrimiento en la Iglesia estadounidense, chilena y ahora alemana. La conferencia episcopal alemana del martes publicó un informe que encontró que unas 3.677 personas _más de la mitad de ellas menores de 13 años y casi un tercio de ellos monaguillos_ fueron abusadas por sacerdotes entre 1946 y 2014.
El informe, compilado por investigadores universitarios, encontró evidencia de que algunos archivos fueron manipulados o destruidos, que muchos casos no fueron llevados ante la justicia y que a veces los abusadores fueron simplemente trasladados a otras diócesis sin que las congregaciones fueran informadas sobre sus antecedentes, según los resultados que se filtraron previamente en la prensa alemana.
Con la visita a Estonia el papa Francisco concluyó su peregrinación por los países bálticos. En Estonia se reunió con el presidente Kersti Kaljulaid al llegar a Tallín. Más tarde, presidió la reunión con jóvenes, antes de celebrar una misa en la Plaza de la Libertad para una comunidad católica que solo cuenta con 6.000 personas.
Entre la mitad y dos tercios de los 1,3 millones de habitantes de Estonia no profesan ninguna afiliación religiosa y las iglesias luteranas y ortodoxas rusas cuentan con la mayor cantidad de seguidores de quienes sí lo hacen.
La gira de cuatro días también llevó a Francisco a Lituania y Letonia. Su objetivo fue alentar la fe cristiana en los países bálticos, que vieron cinco décadas de represión religiosa impuesta por los soviéticos y el ateísmo patrocinado por el Estado.
Francisco se refirió directamente a la crisis que convulsionó su papado en el cuarto y último día de su peregrinación por países bálticos, que coincidió con el lanzamiento de un informe nuevo y devastador sobre décadas de abuso sexual y encubrimiento en Alemania.
El pontífice dijo en una reunión de jóvenes en Estonia, considerado como uno de los países menos religiosos del mundo, que sabía que muchos jóvenes sentían que la Iglesia no tenía nada que ofrecerles y que simplemente no comprenden sus problemas de ahora.
“Están molestos por los escándalos sexuales y económicos que no conllevan una condena clara, por nuestra falta de preparación para apreciar realmente las vidas y las sensibilidades de los jóvenes y simplemente por el papel pasivo que les asignamos”, dijo Francisco durante una reunión con jóvenes católicos, luteranos y ortodoxos en la Iglesia Luterana de Kaarli, en la capital, Tallín.
Esas quejas llegaron al Vaticano recientemente a través de encuestas encargadas antes de una gran reunión de obispos a partir de la próxima semana sobre cómo ministrar mejor a los jóvenes católicos.
“Sabemos y ustedes nos lo han dicho, que muchos jóvenes no recurren a nosotros porque no sienten que tengamos algo significativo que decirles”, agregó. Dijo que la Iglesia quiere responder a esas quejas de forma transparente y honesta.
“Nosotros mismos necesitamos convertirnos”, dijo. “Tenemos que darnos cuenta de que para estar al lado de ustedes necesitamos cambiar muchas situaciones que, al final, los desaniman”.
Fue una admisión muy abierta de los fracasos de la Iglesia al enfrentar los escándalos de abuso sexual, que han vuelto a los titulares recientemente con revelaciones de abuso y encubrimiento en la Iglesia estadounidense, chilena y ahora alemana. La conferencia episcopal alemana del martes publicó un informe que encontró que unas 3.677 personas _más de la mitad de ellas menores de 13 años y casi un tercio de ellos monaguillos_ fueron abusadas por sacerdotes entre 1946 y 2014.
El informe, compilado por investigadores universitarios, encontró evidencia de que algunos archivos fueron manipulados o destruidos, que muchos casos no fueron llevados ante la justicia y que a veces los abusadores fueron simplemente trasladados a otras diócesis sin que las congregaciones fueran informadas sobre sus antecedentes, según los resultados que se filtraron previamente en la prensa alemana.
Con la visita a Estonia el papa Francisco concluyó su peregrinación por los países bálticos. En Estonia se reunió con el presidente Kersti Kaljulaid al llegar a Tallín. Más tarde, presidió la reunión con jóvenes, antes de celebrar una misa en la Plaza de la Libertad para una comunidad católica que solo cuenta con 6.000 personas.
Entre la mitad y dos tercios de los 1,3 millones de habitantes de Estonia no profesan ninguna afiliación religiosa y las iglesias luteranas y ortodoxas rusas cuentan con la mayor cantidad de seguidores de quienes sí lo hacen.
La gira de cuatro días también llevó a Francisco a Lituania y Letonia. Su objetivo fue alentar la fe cristiana en los países bálticos, que vieron cinco décadas de represión religiosa impuesta por los soviéticos y el ateísmo patrocinado por el Estado.
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