RÍO DE JANEIRO (AP) — Jair Bolsonaro, uno de los candidatos presidenciales punteros de Brasil y cuya retórica ha cautivado a algunos de los votantes y molestado a otros, fue apuñalado el jueves durante un acto de campaña y sufrió graves lesiones en el abdomen.El sospechoso del ataque está detenido, informó la policía.El candidato se encuentra grave pero estable, y permanecerá en terapia intensiva al menos siete días, dijo por la noche el doctor Luiz Henrique Borsato, que efectuó la cirugía de emergencia. La primera ronda de los comicios presidenciales se llevará a cabo el 7 de octubre.
En el procedimiento de dos horas se detuvo una hemorragia interna grave y se repararon la mayor parte de los daños causados por el apuñalamiento, agregó el médico. En algunos meses el candidato requerirá ser operado de nuevo debido a que una parte de sus intestinos fue reparada temporalmente con una colostomía.
“No podemos decir cuándo podrá salir del hospital”, afirmó Borsato. “Pero en las primeras horas después de la cirugía su recuperación ha sido muy satisfactoria”.
Varios videos publicados en las redes sociales mostraron el momento en que Bolsonaro era apuñalado en la parte baja del abdomen mientras hacía campaña en Juiz de Fora, una ciudad a unos 200 kilómetros (125 millas) al norte de Río de Janeiro.
Al ser agredido, Bolsonaro iba en los hombros de un simpatizante viendo a la muchedumbre y con el pulgar de la mano izquierda hacia arriba.
Tras el incidente se ve que se contrae y luego se pierde de vista. Otros videos muestran a sus partidarios cargándolo hacia un automóvil y golpeando al supuesto agresor.
El vocero policial Flavio Santiago confirmó a The Associated Press que Adelio Bispo de Oliveira, de 40 años, fue arrestado con relación al incidente. Ya había sido detenido en 2013 por otra agresión, informó la policía.
Luis Boudens, presidente de la Federación Nacional de Policías Federales, comentó a la AP que el sospechoso parecía estar mentalmente trastornado.
“Nuestros agentes informaron que el atacante dijo que estaba en ‘una misión de Dios’”, manifestó Boudens. “Su impresión es que estaban tratando con una persona que no se encontraba bien de sus facultades mentales. No esperaba ser arrestado tan rápido; los agentes reaccionaron en segundos”.
Flavio Bolsonaro, hijo del candidato, informó inicialmente por Twitter que la lesión era superficial y que su papá estaba bien. Pero una hora después tuiteó que la herida era “peor de lo que pensamos”.
Llegó al hospital “casi muerto”, escribió Flavio. “Parece que ya lo estabilizaron. Por favor recen por él”.
En un comunicado, la policía federal señaló que el candidato contaba con guardaespaldas. En los videos, Bolsonaro no parece portar un chaleco blindado. Tales medidas son poco comunes para los candidatos en Brasil.
“Este incidente es triste”, comentó el presidente Michel Temer a los reporteros en Brasilia. “No tendremos un estado de derecho si tenemos intolerancia”.
Bolsonaro, excapitán del Ejército, ocupa el segundo sitio en las encuestas, después del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien por orden judicial no puede ser candidato pero sigue apelando el fallo.
Pese a ser congresista desde 1991, la campaña de Bolsonaro lo retrata como un candidato fuera del sistema dispuesto a derrocar a la clase dirigente con medidas contra la corrupción en la política y la delincuencia, y otorgando a la policía más libertad para balear y matar a criminales durante su turno laboral.
Aunque cuenta con muchos partidarios, Bolsonaro es una figura muy polémica. Ha sido multado, e incluso enfrentado cargos, por declaraciones peyorativas hacia las mujeres, los negros y los homosexuales.
Habla nostálgicamente sobre la dictadura militar que vivió el país de 1964 a 1985, y ha prometido crear un gobierno con líderes y exlíderes militares.
A principios de la semana, Bolsonaro dijo durante un evento de campaña que le gustaría dispararles a los miembros corruptos del Partido del Trabajo, que postuló a Lula como su candidato presidencial. El comentario provocó una reprimenda inmediata por parte de la procuradora general, quien le pidió al candidato dar una explicación.
Su compañero de fórmula para la vicepresidencia, Hamilton Mourao, es un general retirado que culpó a izquierdistas del ataque con cuchillo.
En una muestra de lo polarizada que se ha convertido la política en Brasil, la gente publicó tuits el jueves por la noche denunciando el incidente o para pedir oraciones por el candidato, o también para decir que Bolsonaro se lo había buscado o que incluso pudo haberse tratado de un montaje.
Otros candidatos rápidamente denunciaron el atentado y muchos de ellos decidieron suspender sus eventos de campaña el viernes.
“La política se hace a través del diálogo y el convencimiento, nunca con el odio”, tuiteó Gerado Alckmin, exgobernador de Sao Paulo que ha criticado en anuncios la política de Bolsonaro.
Fernando Haddad, que se prevé tome el lugar de Lula como candidato del PT, dijo que se trató de un ataque “absurdo y lamentable”.
El incidente surge en un momento de retórica acalorada, y en ocasiones violenta, relacionada con las campañas y los candidatos.
En marzo, mientras Lula se encontraba en una gira de campaña por el sur de Brasil antes de que fuera encarcelado, los autobuses de su caravana recibieron algunos balazos. Nadie resultó herido, y Lula, que hoy se encuentra en la cárcel tras ser declarado culpable de corrupción, no viajaba en los vehículos baleados.
Por ahora no se sabe si el ataque a Bolsonaro podría dar una nueva forma a la contienda presidencial. De muchas maneras, el incidente alimenta la narrativa del candidato de que Brasil está sumido en el caos y necesita una mano dura para estabilizarse.
“Es probable que Bolsonaro utilice el ataque para argumentar que sus oponentes están desesperados y que no tenían otra manera de detenerlo”, dijo Mauricio Santoro, profesor de ciencias políticas en la universidad estatal de Río de Janeiro.
Algunos partidarios del candidato herido efectuaron una vigilia en Sao Paulo el jueves por la noche e intercambiaron insultos con izquierdistas.
“Convirtieron a Bolsonaro en un mártir”, dijo el estudiante Jonatan Valente. “Creo que la izquierda se dio un balazo en el pie porque con este ataque Bolsonaro acabará siendo elegido”.
En el procedimiento de dos horas se detuvo una hemorragia interna grave y se repararon la mayor parte de los daños causados por el apuñalamiento, agregó el médico. En algunos meses el candidato requerirá ser operado de nuevo debido a que una parte de sus intestinos fue reparada temporalmente con una colostomía.
“No podemos decir cuándo podrá salir del hospital”, afirmó Borsato. “Pero en las primeras horas después de la cirugía su recuperación ha sido muy satisfactoria”.
Varios videos publicados en las redes sociales mostraron el momento en que Bolsonaro era apuñalado en la parte baja del abdomen mientras hacía campaña en Juiz de Fora, una ciudad a unos 200 kilómetros (125 millas) al norte de Río de Janeiro.
Al ser agredido, Bolsonaro iba en los hombros de un simpatizante viendo a la muchedumbre y con el pulgar de la mano izquierda hacia arriba.
Tras el incidente se ve que se contrae y luego se pierde de vista. Otros videos muestran a sus partidarios cargándolo hacia un automóvil y golpeando al supuesto agresor.
El vocero policial Flavio Santiago confirmó a The Associated Press que Adelio Bispo de Oliveira, de 40 años, fue arrestado con relación al incidente. Ya había sido detenido en 2013 por otra agresión, informó la policía.
Luis Boudens, presidente de la Federación Nacional de Policías Federales, comentó a la AP que el sospechoso parecía estar mentalmente trastornado.
“Nuestros agentes informaron que el atacante dijo que estaba en ‘una misión de Dios’”, manifestó Boudens. “Su impresión es que estaban tratando con una persona que no se encontraba bien de sus facultades mentales. No esperaba ser arrestado tan rápido; los agentes reaccionaron en segundos”.
Flavio Bolsonaro, hijo del candidato, informó inicialmente por Twitter que la lesión era superficial y que su papá estaba bien. Pero una hora después tuiteó que la herida era “peor de lo que pensamos”.
Llegó al hospital “casi muerto”, escribió Flavio. “Parece que ya lo estabilizaron. Por favor recen por él”.
En un comunicado, la policía federal señaló que el candidato contaba con guardaespaldas. En los videos, Bolsonaro no parece portar un chaleco blindado. Tales medidas son poco comunes para los candidatos en Brasil.
“Este incidente es triste”, comentó el presidente Michel Temer a los reporteros en Brasilia. “No tendremos un estado de derecho si tenemos intolerancia”.
Bolsonaro, excapitán del Ejército, ocupa el segundo sitio en las encuestas, después del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien por orden judicial no puede ser candidato pero sigue apelando el fallo.
Pese a ser congresista desde 1991, la campaña de Bolsonaro lo retrata como un candidato fuera del sistema dispuesto a derrocar a la clase dirigente con medidas contra la corrupción en la política y la delincuencia, y otorgando a la policía más libertad para balear y matar a criminales durante su turno laboral.
Aunque cuenta con muchos partidarios, Bolsonaro es una figura muy polémica. Ha sido multado, e incluso enfrentado cargos, por declaraciones peyorativas hacia las mujeres, los negros y los homosexuales.
Habla nostálgicamente sobre la dictadura militar que vivió el país de 1964 a 1985, y ha prometido crear un gobierno con líderes y exlíderes militares.
A principios de la semana, Bolsonaro dijo durante un evento de campaña que le gustaría dispararles a los miembros corruptos del Partido del Trabajo, que postuló a Lula como su candidato presidencial. El comentario provocó una reprimenda inmediata por parte de la procuradora general, quien le pidió al candidato dar una explicación.
Su compañero de fórmula para la vicepresidencia, Hamilton Mourao, es un general retirado que culpó a izquierdistas del ataque con cuchillo.
En una muestra de lo polarizada que se ha convertido la política en Brasil, la gente publicó tuits el jueves por la noche denunciando el incidente o para pedir oraciones por el candidato, o también para decir que Bolsonaro se lo había buscado o que incluso pudo haberse tratado de un montaje.
Otros candidatos rápidamente denunciaron el atentado y muchos de ellos decidieron suspender sus eventos de campaña el viernes.
“La política se hace a través del diálogo y el convencimiento, nunca con el odio”, tuiteó Gerado Alckmin, exgobernador de Sao Paulo que ha criticado en anuncios la política de Bolsonaro.
Fernando Haddad, que se prevé tome el lugar de Lula como candidato del PT, dijo que se trató de un ataque “absurdo y lamentable”.
El incidente surge en un momento de retórica acalorada, y en ocasiones violenta, relacionada con las campañas y los candidatos.
En marzo, mientras Lula se encontraba en una gira de campaña por el sur de Brasil antes de que fuera encarcelado, los autobuses de su caravana recibieron algunos balazos. Nadie resultó herido, y Lula, que hoy se encuentra en la cárcel tras ser declarado culpable de corrupción, no viajaba en los vehículos baleados.
Por ahora no se sabe si el ataque a Bolsonaro podría dar una nueva forma a la contienda presidencial. De muchas maneras, el incidente alimenta la narrativa del candidato de que Brasil está sumido en el caos y necesita una mano dura para estabilizarse.
“Es probable que Bolsonaro utilice el ataque para argumentar que sus oponentes están desesperados y que no tenían otra manera de detenerlo”, dijo Mauricio Santoro, profesor de ciencias políticas en la universidad estatal de Río de Janeiro.
Algunos partidarios del candidato herido efectuaron una vigilia en Sao Paulo el jueves por la noche e intercambiaron insultos con izquierdistas.
“Convirtieron a Bolsonaro en un mártir”, dijo el estudiante Jonatan Valente. “Creo que la izquierda se dio un balazo en el pie porque con este ataque Bolsonaro acabará siendo elegido”.
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