WASHINGTON (EFE)-. Las agencias de inteligencia estadounidenses remarcaron el jueves la “amplia campaña” en marcha de Rusia para “debilitar” y “dividir” al país antes de las elecciones legislativas, unas contundentes declaraciones que contrastan con la tibieza mostrada por el presidente, Donald Trump, con Moscú.
“Respecto a la implicación de Rusia en las elecciones legislativas, continuamos viendo una amplia campaña de mensajes de Rusia para debilitar y dividir” al país, dijo Dan Coats, director de Inteligencia Nacional, en una rueda de prensa no prevista en la agenda de la Casa Blanca.
Coats precisó, no obstante, que por ahora no se ha visto una esfuerzo “tan robusto” por parte de Moscú para influir en las legislativas de noviembre próximo “como en las de 2016”.
La inesperada comparecencia de Coats, acompañado por la plana mayor de seguridad nacional, como el director del FBI, Christopher Wray; la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, se produce en medio de las críticas ante las insuficientes medidas tomadas por EE.UU. para frenar los intentos de Rusia.
Todos estos responsables de inteligencia y seguridad fueron designados directamente por el propio Trump.
Wray, por su lado, afirmó que “Rusia trató de interferir en las pasadas elecciones y continua involucrada en operaciones de influencia maliciosa hasta el día de hoy”.
“Esta es una amenaza que necesitamos tomarnos extremadamente en serio”, agregó el director del FBI.
Con la misma inusual rotundidad se expresó Nielsen al asegurar que “la propia democracia” de EE.UU. se “encuentra en el punto de mira”.
Las categóricas palabras de los jefes de los servicios de inteligencia de Washington se producen poco después de la controvertida cumbre de julio en Helsinki entre Trump y el presidente ruso, Vladimir Putin, que el mandatario estadounidense calificó de “gran éxito”.
En ella, Trump desautorizó a sus propias agencias de inteligencia que han dado por probada la interferencia rusa en las elecciones de 2016, entre ellas la CIA y el FBI, lo que causó indignación en EE.UU, aunque el presidente posteriormente se retractó y mostró su “plena confianza” en sus informes.
Las buenas relaciones entre Trump y Putin han despertado sospechas en el país, que volvieron a recrudecerse cuando el mandatario informó que tenía previsto invitar “en otoño” al presidente ruso a Washington.
También aquí volvió a desdecirse y finalmente la Casa Blanca aseguró que la cita no ocurriría hasta 2019.
Ayer, un grupo bipartidista de senadores presentó un proyecto de ley para aumentar las sanciones contra Rusia, “en respuesta a la interferencia continua” del Kremlin en las elecciones estadounidenses.
“Vladímir Putin sigue representando una amenaza creciente para nuestro país y nuestros aliados. Si bien el Congreso aprobó abrumadoramente un fuerte conjunto de contramedidas el año pasado, desafortunadamente, la Administración no ha cumplido plenamente con esa legislación”, apuntó el senador demócrata Robert Menéndez, uno de los impulsores de la medida.
Las preocupación por las actividades de interferencia ha crecido en los últimos meses, y esta semana Facebook anunció la desactivación de 32 cuentas y páginas en su red social y en Instagram que estaban coordinadas en una presunta campaña de desinformación identificada a escasos meses de que en noviembre se celebren las elecciones legislativas de medio mandato.
La red social fundada por Mark Zuckerberg ha reforzado recientemente sus sistemas de control y vigilancia tras verse en el centro de la polémica en las pasadas elecciones presidenciales de 2016, por el uso de su plataforma para difundir bulos y noticias falsas con el objetivo de influir en los resultados.
Mientras tanto, continúa en marcha la investigación liderada por el fiscal especial, Robert Mueller, que trata de dilucidar una posible conjura entre el equipo de campaña de Trump y el Kremlin, con el objetivo de que el magnate consiguiera llegar al Despacho Oval, algo que éste ha rechazado de manera continuada.
“Respecto a la implicación de Rusia en las elecciones legislativas, continuamos viendo una amplia campaña de mensajes de Rusia para debilitar y dividir” al país, dijo Dan Coats, director de Inteligencia Nacional, en una rueda de prensa no prevista en la agenda de la Casa Blanca.
Coats precisó, no obstante, que por ahora no se ha visto una esfuerzo “tan robusto” por parte de Moscú para influir en las legislativas de noviembre próximo “como en las de 2016”.
La inesperada comparecencia de Coats, acompañado por la plana mayor de seguridad nacional, como el director del FBI, Christopher Wray; la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, se produce en medio de las críticas ante las insuficientes medidas tomadas por EE.UU. para frenar los intentos de Rusia.
Todos estos responsables de inteligencia y seguridad fueron designados directamente por el propio Trump.
Wray, por su lado, afirmó que “Rusia trató de interferir en las pasadas elecciones y continua involucrada en operaciones de influencia maliciosa hasta el día de hoy”.
“Esta es una amenaza que necesitamos tomarnos extremadamente en serio”, agregó el director del FBI.
Con la misma inusual rotundidad se expresó Nielsen al asegurar que “la propia democracia” de EE.UU. se “encuentra en el punto de mira”.
Las categóricas palabras de los jefes de los servicios de inteligencia de Washington se producen poco después de la controvertida cumbre de julio en Helsinki entre Trump y el presidente ruso, Vladimir Putin, que el mandatario estadounidense calificó de “gran éxito”.
En ella, Trump desautorizó a sus propias agencias de inteligencia que han dado por probada la interferencia rusa en las elecciones de 2016, entre ellas la CIA y el FBI, lo que causó indignación en EE.UU, aunque el presidente posteriormente se retractó y mostró su “plena confianza” en sus informes.
Las buenas relaciones entre Trump y Putin han despertado sospechas en el país, que volvieron a recrudecerse cuando el mandatario informó que tenía previsto invitar “en otoño” al presidente ruso a Washington.
También aquí volvió a desdecirse y finalmente la Casa Blanca aseguró que la cita no ocurriría hasta 2019.
Ayer, un grupo bipartidista de senadores presentó un proyecto de ley para aumentar las sanciones contra Rusia, “en respuesta a la interferencia continua” del Kremlin en las elecciones estadounidenses.
“Vladímir Putin sigue representando una amenaza creciente para nuestro país y nuestros aliados. Si bien el Congreso aprobó abrumadoramente un fuerte conjunto de contramedidas el año pasado, desafortunadamente, la Administración no ha cumplido plenamente con esa legislación”, apuntó el senador demócrata Robert Menéndez, uno de los impulsores de la medida.
Las preocupación por las actividades de interferencia ha crecido en los últimos meses, y esta semana Facebook anunció la desactivación de 32 cuentas y páginas en su red social y en Instagram que estaban coordinadas en una presunta campaña de desinformación identificada a escasos meses de que en noviembre se celebren las elecciones legislativas de medio mandato.
La red social fundada por Mark Zuckerberg ha reforzado recientemente sus sistemas de control y vigilancia tras verse en el centro de la polémica en las pasadas elecciones presidenciales de 2016, por el uso de su plataforma para difundir bulos y noticias falsas con el objetivo de influir en los resultados.
Mientras tanto, continúa en marcha la investigación liderada por el fiscal especial, Robert Mueller, que trata de dilucidar una posible conjura entre el equipo de campaña de Trump y el Kremlin, con el objetivo de que el magnate consiguiera llegar al Despacho Oval, algo que éste ha rechazado de manera continuada.
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