GINEBRA (EFE)-.- Los países están dando pasos importantes para abordar la resistencia antimicrobial pero todavía persisten lagunas importantes que requieren acción urgente, concluyó un estudio publicado hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El estudio, elaborado conjuntamente con la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial para la Salud Animal (OIE), observó señales de progreso en 154 países a la vez que reveló importantes discrepancias.
Algunos países, incluyendo Estados europeos, han estado trabajando en políticas para abordar la resistencia antimicrobial durante más de cuatro décadas, sin embargo, otros acaban de empezar a tomar acciones para contener esta amenaza creciente.
Además, 123 países aseguraron que tienen políticas que regulan la venta de antibióticos, incluyendo el requisito de una prescripción para el uso humano.
Sin embargo, el informe descubrió que la implementación de estas políticas es muy variada y que se pueden encontrar medicamentos no regulados sin ningún tipo de límite a su uso.
Muchos de estos fármacos se venden sin ninguna prescripción médica lo que pone en peligro la salud humana y animal, ya que contribuye potencialmente al desarrollo de la resistencia a los antibióticos, advierte el estudio.
En referencia al sector animal y de la alimentación, el estudio manifiesta que existe una necesidad urgente de inversión y acción.
En este campo, solo 64 países afirmaron que seguían las recomendaciones de la OMS, la FAO y la OIE para limitar el uso de antibióticos.
De estos, 39 son países con rentas altas, la mayoría europeos, mientras que solo 3 se encuentran en África y 7 en América.
Un total de 67 países cuentan con legislación en vigor para controlar todos los aspectos de la producción, el licenciamiento y la distribución de antibióticos para su uso en animales.
En contraste, otros 56 dijeron que no tenían una política nacional en referencia a la calidad, seguridad y eficacia de los productos antibióticos utilizados en las áreas de la salud animal y vegetal, o bien que no sabían decir si contaban con algún tipo de regulación sobre la materia.
Los autores del estudio también detectaron una falta de datos y de acción substanciales en el campo del medio ambiente y la vegetación.
Aunque 78 países tienen regulaciones para prevenir la contaminación medioambiental, solo 10 poseen sistemas exhaustivos para garantizar el cumplimiento normativo de la gestión de residuos, incluidas las normativas que limitan el desecho de residuos antimicrobianos en el medio ambiente.
El estudio, elaborado conjuntamente con la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial para la Salud Animal (OIE), observó señales de progreso en 154 países a la vez que reveló importantes discrepancias.
Algunos países, incluyendo Estados europeos, han estado trabajando en políticas para abordar la resistencia antimicrobial durante más de cuatro décadas, sin embargo, otros acaban de empezar a tomar acciones para contener esta amenaza creciente.
Además, 123 países aseguraron que tienen políticas que regulan la venta de antibióticos, incluyendo el requisito de una prescripción para el uso humano.
Sin embargo, el informe descubrió que la implementación de estas políticas es muy variada y que se pueden encontrar medicamentos no regulados sin ningún tipo de límite a su uso.
Muchos de estos fármacos se venden sin ninguna prescripción médica lo que pone en peligro la salud humana y animal, ya que contribuye potencialmente al desarrollo de la resistencia a los antibióticos, advierte el estudio.
En referencia al sector animal y de la alimentación, el estudio manifiesta que existe una necesidad urgente de inversión y acción.
En este campo, solo 64 países afirmaron que seguían las recomendaciones de la OMS, la FAO y la OIE para limitar el uso de antibióticos.
De estos, 39 son países con rentas altas, la mayoría europeos, mientras que solo 3 se encuentran en África y 7 en América.
Un total de 67 países cuentan con legislación en vigor para controlar todos los aspectos de la producción, el licenciamiento y la distribución de antibióticos para su uso en animales.
En contraste, otros 56 dijeron que no tenían una política nacional en referencia a la calidad, seguridad y eficacia de los productos antibióticos utilizados en las áreas de la salud animal y vegetal, o bien que no sabían decir si contaban con algún tipo de regulación sobre la materia.
Los autores del estudio también detectaron una falta de datos y de acción substanciales en el campo del medio ambiente y la vegetación.
Aunque 78 países tienen regulaciones para prevenir la contaminación medioambiental, solo 10 poseen sistemas exhaustivos para garantizar el cumplimiento normativo de la gestión de residuos, incluidas las normativas que limitan el desecho de residuos antimicrobianos en el medio ambiente.
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