Agencias-. Cinco meses faltan para llegar a noviembre, mes en el que Brian Acton y Jan Koum, los fundadores de WhatsApp, se iban a embolsar 1.300 millones de dólares. Para ello, debían cumplir un solo requisito: mantener la sociedad con Facebook. Sin embargo, cansados de las tensiones, decidieron abandonar una pelea que parecía estar perdida.
El primero en irse fue, a mediados del año pasado, Acton y, en abril último lo hizo Koum. ¿La causa? Las constantes presiones de Mark Zuckerberg y la cúpula de Facebook por incorporar publicidad a la ‘app’ de mensajería, algo a lo que sus creadores siempre se negaron, publicó el diario The Wall Street Journal.
“Nadie se levanta entusiasmado por ver más publicidad, nadie se va a dormir pensando en los avisos que verá mañana”, afirmaron Koum y Acton, quienes también definieron a los avisos como “insultos a la inteligencia”.
Justamente, la publicidad representa el mayor ingreso de dinero para Facebook, gracias al acceso a la información de los usuarios para la venta de avisos dirigidos. Ello le permitió a la red social obtener el 97 % de sus gananciasque, de acuerdo con el valor de mercado de la compañía, superan los 500.000 millones de dólares. Sin embargo, esta política es la que cansó a los fundadores de WhatsApp, quienes prefirieron dar un paso al costado en vez de ganar 900 millones de dólares, en el caso de Acton, y 400 millones, en el de Koum.
El primero en irse fue, a mediados del año pasado, Acton y, en abril último lo hizo Koum. ¿La causa? Las constantes presiones de Mark Zuckerberg y la cúpula de Facebook por incorporar publicidad a la ‘app’ de mensajería, algo a lo que sus creadores siempre se negaron, publicó el diario The Wall Street Journal.
“Nadie se levanta entusiasmado por ver más publicidad, nadie se va a dormir pensando en los avisos que verá mañana”, afirmaron Koum y Acton, quienes también definieron a los avisos como “insultos a la inteligencia”.
Justamente, la publicidad representa el mayor ingreso de dinero para Facebook, gracias al acceso a la información de los usuarios para la venta de avisos dirigidos. Ello le permitió a la red social obtener el 97 % de sus gananciasque, de acuerdo con el valor de mercado de la compañía, superan los 500.000 millones de dólares. Sin embargo, esta política es la que cansó a los fundadores de WhatsApp, quienes prefirieron dar un paso al costado en vez de ganar 900 millones de dólares, en el caso de Acton, y 400 millones, en el de Koum.
La seguridad, un tema prioritario
Además de la cuestión publicitaria, la seguridad de los datos de sus más de 1.500 millones de usuarios en todo el mundo fue presentada como un tema primordial por WhatsApp que, en un comienzo, eliminaba los mensajes de sus servidores una vez que eran leídos. Mientras que, en 2016, decidió encriptarlos y así evitar el acceso irregular a su contenido. Esto ocurrió dos años después de haber vendido la empresa a Facebook por 19.000 millones de dólares y de haber prometido en el blog de la aplicación: “Seguirás contando con que ningún aviso interrumpirá tus comunicaciones”.
No obstante, en menos de dos años, Facebook logró que WhatsApp cambiara sus condiciones para permitir que la red social tuviese acceso a los números de teléfono de los usuarios y a otros datos personales.
Tales contrastes, sumados al escándalo de Cambridge Analytica por el uso irregular de la información privada de unos 87 millones de usuarios de Facebook, hicieron que la ruptura definitiva fuera inevitable. “Es el momento”, escribió, entonces, Acton en su cuenta de Twitter, acompañando el mensaje por el ‘hashtag’ #deletefacebook (borra Facebook).
Retirarse de la sociedad y dejar de lado lo que The Wall Street Journal calificó como una “pelea perdida” implicó, entonces, que dejaran de ganar 1.300 millones de dólares. Sin embargo, esta pérdida no hará gran mella en sus recursos, ya que Acton cuenta con 6.200 millones en sus arcas y Koum, con 9.300 millones.
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