SINGAPUR. (EFE).. Corea del Norte y EEUU siguieron hoy con sus negociaciones contrarreloj de cara a la primera cumbre de la historia de estos dos países, con el reto de llegar a un acuerdo sobre la desnuclearización del régimen de Pyongyang.
El desenlace del encuentro de mañana martes, que comenzará a las 09.00 hora local (01.00 GMT) en el hotel Capella de la isla de Sentosa, es todo un misterio, teniendo en cuenta la volatilidad del carácter del presidente estadounidense, Donald Trump, y lo poco que se sabe de la personalidad del líder norcoreano, Kim Jong-un.
Trump y Kim se saludarán ante las cámaras y mantendrán un encuentro a solas, únicamente con sus traductores, antes de que sus respectivas delegaciones se les unan para una reunión de trabajo y un almuerzo, según confirmó hoy la Casa Blanca.
A pocas horas del encuentro, las delegaciones de los dos países continuaban negociando en Singapur con el propósito de conseguir un acuerdo sustancioso en torno a un asunto tan complejo como el abandono por parte de Corea del Norte de su arsenal nuclear.
La gran pregunta es si la considerada como “cumbre del siglo” se quedará simplemente en una foto y un propósito de buenas intenciones o los dos líderes serán capaces de establecer un calendario concreto para la desnuclearización.
En este sentido, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, quiso rebajar las expectativas y dijo que es “muy optimista” sobre el éxito de la cumbre, pero que es solo el inicio de un proceso.
“Estas conversaciones establecerán un marco para el difícil trabajo que vendrá después”, recalcó en una conferencia de prensa.
Mientras, los medios norcoreanos hablaron hoy de una nueva era en las relaciones de EEUU y señalaron que los temas de la cumbre serán “la construcción de una paz permanente” y “la implementación de la desnuclearización en la península coreana”.
El método y los plazos del desarme de Corea del Norte son sin duda el principal escollo de las negociaciones.
El régimen de Kim Jong-un mostró su disposición a abandonar sus armas nucleares durante la cumbre que las dos Coreas celebraron el pasado 27 de abril en su frontera, pero no quiere que se le imponga un fórmula unilateral y prefiere un proceso de desarme progresivo.
Por su parte, el Gobierno de Trump ha insistido en que su exigencia irrenunciable es alcanzar una desnuclearización “completa, verificable e irreversible”, aunque en los últimos días ha abierto la puerta a un proceso de desnuclearización “por fases”.
“El problema es que los objetivos de los dos países difieren.
EEUU da prioridad a la desnuclearización mientras que Corea del Norte se centra más en garantizar su seguridad”, explica a Efe el profesor de la Universidad de Seúl, Sung Chull.
Para este experto, el éxito o el fracaso de la cumbre dependerá de si los líderes son capaces de establecer un calendario que combine estas dos prioridades en un mismo comunicado.
El desenlace del encuentro de mañana martes, que comenzará a las 09.00 hora local (01.00 GMT) en el hotel Capella de la isla de Sentosa, es todo un misterio, teniendo en cuenta la volatilidad del carácter del presidente estadounidense, Donald Trump, y lo poco que se sabe de la personalidad del líder norcoreano, Kim Jong-un.
Trump y Kim se saludarán ante las cámaras y mantendrán un encuentro a solas, únicamente con sus traductores, antes de que sus respectivas delegaciones se les unan para una reunión de trabajo y un almuerzo, según confirmó hoy la Casa Blanca.
A pocas horas del encuentro, las delegaciones de los dos países continuaban negociando en Singapur con el propósito de conseguir un acuerdo sustancioso en torno a un asunto tan complejo como el abandono por parte de Corea del Norte de su arsenal nuclear.
La gran pregunta es si la considerada como “cumbre del siglo” se quedará simplemente en una foto y un propósito de buenas intenciones o los dos líderes serán capaces de establecer un calendario concreto para la desnuclearización.
En este sentido, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, quiso rebajar las expectativas y dijo que es “muy optimista” sobre el éxito de la cumbre, pero que es solo el inicio de un proceso.
“Estas conversaciones establecerán un marco para el difícil trabajo que vendrá después”, recalcó en una conferencia de prensa.
Mientras, los medios norcoreanos hablaron hoy de una nueva era en las relaciones de EEUU y señalaron que los temas de la cumbre serán “la construcción de una paz permanente” y “la implementación de la desnuclearización en la península coreana”.
El método y los plazos del desarme de Corea del Norte son sin duda el principal escollo de las negociaciones.
El régimen de Kim Jong-un mostró su disposición a abandonar sus armas nucleares durante la cumbre que las dos Coreas celebraron el pasado 27 de abril en su frontera, pero no quiere que se le imponga un fórmula unilateral y prefiere un proceso de desarme progresivo.
Por su parte, el Gobierno de Trump ha insistido en que su exigencia irrenunciable es alcanzar una desnuclearización “completa, verificable e irreversible”, aunque en los últimos días ha abierto la puerta a un proceso de desnuclearización “por fases”.
“El problema es que los objetivos de los dos países difieren.
EEUU da prioridad a la desnuclearización mientras que Corea del Norte se centra más en garantizar su seguridad”, explica a Efe el profesor de la Universidad de Seúl, Sung Chull.
Para este experto, el éxito o el fracaso de la cumbre dependerá de si los líderes son capaces de establecer un calendario que combine estas dos prioridades en un mismo comunicado.
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