JERUSALÉN (AP)-. La iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén reabrió sus puertas el miércoles después de que funcionarios israelíes suspendieron un plan para cobrar impuestos a las propiedades eclesiásticas.
El conocido templo, que se alza sobre el lugar donde según la tradición Jesús fue crucificado y resucitó, abrió sus puertas a primera hora de la mañana tras haber permanecido cerrado tres días en protesta por el plan fiscal israelí.
El padre Sinisa, un fraile franciscano, dijo que los clérigos de diversas confesiones cristianas continuaron sus rutinas durante el cierre del templo, pero añadió que el público también debe poder entrar.
“Es importante reabrir las puertas de la iglesia, permitir a la gente que viene una sola vez en su vida visitar este lugar sagrado”, dijo. “Porque un lugar sagrado sin gente no es nada... solo piedras”.
El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, destacó que su decisión afectaba solo a propiedades comerciales como hoteles, restaurantes y oficinas y no a viviendas ni lugares de oración. Otras ciudades del mundo tienen impuestos similares, agregó.
Sin embargo, la medida enfureció a los líderes religiosos, quienes dicen que sus propiedades no religiosas brindan servicios a peregrinos y feligreses y que ayudan a financiar escuelas, clínicas y otros servicios.
Acusaron a Barkat de tomarlos por sorpresa y violar un status quo de larga vigencia. Barkat sostiene que las iglesias deben unos 185 millones de dólares en impuestos.
El cierre del templo generó tensiones con las iglesias católica y ortodoxa semanas antes de las festividades de Pascua.
La oficina del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo que se estableció un equipo para negociar con responsables eclesiásticos para “formular una solución”.
Israel también suspendió un proyecto de ley que regularía la venta de propiedades eclesiásticas a constructores privados.
El conocido templo, que se alza sobre el lugar donde según la tradición Jesús fue crucificado y resucitó, abrió sus puertas a primera hora de la mañana tras haber permanecido cerrado tres días en protesta por el plan fiscal israelí.
El padre Sinisa, un fraile franciscano, dijo que los clérigos de diversas confesiones cristianas continuaron sus rutinas durante el cierre del templo, pero añadió que el público también debe poder entrar.
“Es importante reabrir las puertas de la iglesia, permitir a la gente que viene una sola vez en su vida visitar este lugar sagrado”, dijo. “Porque un lugar sagrado sin gente no es nada... solo piedras”.
El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, destacó que su decisión afectaba solo a propiedades comerciales como hoteles, restaurantes y oficinas y no a viviendas ni lugares de oración. Otras ciudades del mundo tienen impuestos similares, agregó.
Sin embargo, la medida enfureció a los líderes religiosos, quienes dicen que sus propiedades no religiosas brindan servicios a peregrinos y feligreses y que ayudan a financiar escuelas, clínicas y otros servicios.
Acusaron a Barkat de tomarlos por sorpresa y violar un status quo de larga vigencia. Barkat sostiene que las iglesias deben unos 185 millones de dólares en impuestos.
El cierre del templo generó tensiones con las iglesias católica y ortodoxa semanas antes de las festividades de Pascua.
La oficina del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo que se estableció un equipo para negociar con responsables eclesiásticos para “formular una solución”.
Israel también suspendió un proyecto de ley que regularía la venta de propiedades eclesiásticas a constructores privados.
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