DETROIT (AP)-. Un hombre que vivió en Estados Unidos durante casi 30 años ha sido deportado a México.
Jorge García llegó a Estados Unidos con su familia cuando tenía 10 años. No tiene historial criminal, paga sus impuestos y durante mucho tiempo ha intentado regularizar su estatus, de acuerdo con su familia. El jardinero de 39 años fue deportado el lunes y debe esperar a que pase una década para poder regresar al país.
García enfrentaba una orden de deportación de los tribunales de inmigración desde 2009, pero le otorgaron suspensiones durante el gobierno del expresidente Barack Obama.
García se enteró que sería deportado en noviembre como parte de las medidas antiinmigrantes del gobierno del presidente Donald Trump. Por pedido de la legisladora demócrata Debbie Dingell, la medida fue aplazada para que García pudiera pasar las fiestas de fin de año con su esposa y sus dos hijos, todos ciudadanos estadounidenses.
“No queríamos poner un árbol de Navidad porque era demasiado triste llegar siquiera a ese punto”, dijo su esposa Cindy García. “Era difícil porque sabíamos que eventualmente él se iba a ir. Todo lo que podíamos hacer era crear nuevos recuerdos”, expresó.
Los defensores de los inmigrantes dicen que la deportación de gente como García separa a las familias.
“En lugar de esperar para ver qué reformas se hacen, los funcionarios de inmigración fueron a trabajar en un día feriado para separar a Jorge de su familia”, indicó Michigan United, un grupo que defiende los derechos de los inmigrantes y otras cuestiones.
Jorge García es muy viejo para calificar para el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, el cual permite que los jóvenes inmigrantes que vivan en el país de forma ilegal y que fueron traídos siendo niños puedan trabajar y estudiar en Estados Unidos.
“Debo dejar a mi familia sabiendo que probablemente van a tener dificultades para adaptarse”, dijo Jorge García. “Saber que no estaré ahí para ellos por quién sabe cuánto tiempo. Es simplemente difícil”.
El vocero del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés), Khaalid Walls, dijo en un correo electrónico que investigaba el asunto.
Jorge García llegó a Estados Unidos con su familia cuando tenía 10 años. No tiene historial criminal, paga sus impuestos y durante mucho tiempo ha intentado regularizar su estatus, de acuerdo con su familia. El jardinero de 39 años fue deportado el lunes y debe esperar a que pase una década para poder regresar al país.
García enfrentaba una orden de deportación de los tribunales de inmigración desde 2009, pero le otorgaron suspensiones durante el gobierno del expresidente Barack Obama.
García se enteró que sería deportado en noviembre como parte de las medidas antiinmigrantes del gobierno del presidente Donald Trump. Por pedido de la legisladora demócrata Debbie Dingell, la medida fue aplazada para que García pudiera pasar las fiestas de fin de año con su esposa y sus dos hijos, todos ciudadanos estadounidenses.
“No queríamos poner un árbol de Navidad porque era demasiado triste llegar siquiera a ese punto”, dijo su esposa Cindy García. “Era difícil porque sabíamos que eventualmente él se iba a ir. Todo lo que podíamos hacer era crear nuevos recuerdos”, expresó.
Los defensores de los inmigrantes dicen que la deportación de gente como García separa a las familias.
“En lugar de esperar para ver qué reformas se hacen, los funcionarios de inmigración fueron a trabajar en un día feriado para separar a Jorge de su familia”, indicó Michigan United, un grupo que defiende los derechos de los inmigrantes y otras cuestiones.
Jorge García es muy viejo para calificar para el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, el cual permite que los jóvenes inmigrantes que vivan en el país de forma ilegal y que fueron traídos siendo niños puedan trabajar y estudiar en Estados Unidos.
“Debo dejar a mi familia sabiendo que probablemente van a tener dificultades para adaptarse”, dijo Jorge García. “Saber que no estaré ahí para ellos por quién sabe cuánto tiempo. Es simplemente difícil”.
El vocero del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés), Khaalid Walls, dijo en un correo electrónico que investigaba el asunto.
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