NUEVA YORK. El agente especial James J. Hunt, a cargo de la Agencia Antidroga de Nueva York (la DEA por sus siglas en inglés), desde su despacho en el sur de Manhattan, aborda la epidemia que castiga a Estados Unidos, y reconoce que Nueva York es el gran “hub” de la heroína.
El veterano policía neoyorquino desde 1982, en una entrevista concedida al periódico El País dijo que “La mafia perdió el negocio de la heroína por los colombianos y los dominicanos”, y que ha visto pasar la droga de manos de la mafia a los cárteles de Colombia y México. Ha asistido a la caída de las familias italianas y de los reyes del narcotráfico.
“La mafia fue expulsada cuando los colombianos empezaron a producir heroína, sobre los 80 y los 90, porque bajaron el precio a la mitad. Los colombianos la suministraban y en la calle la vendían pandillas dominicanas”, explica.
Asegura que el negocio de la droga en Nueva York ha cambiado. “Hace 40 años, la mafia traía la heroína de Europa, de Sicilia o de Turquía, y la vendía a traficantes afroamericanos, como Nicky Barnes o Frank Matthews, e hispanos”.
Manifiesta que hace unos 15 años, los colombianos sufrieron un buen revés de la justicia, “y todos aquellos nombres, Ochoa, Escobar, Gacha... Todos están muertos o en la cárcel. Así que los colombianos listos decidieron que, en lugar de lidiar con los estadounidenses, sería mejor vender su mercancía a los mexicanos”. Eso ocurrió en Nueva York y sobre todo en el corredor Este. Pero los mexicanos no están en la calle, ellos negocian con los dominicanos.
Narró que la mafia cobraba unos US$200 mil por kilo, y los dominicanos están comprando esos kilos a los mexicanos por US$60 mil, US$50 mil o US$70 mil. “Hace unos años encerramos a un tipo de la mafia, Gene Gotti, que es el hermano de John Gotti, y estaba comerciando con cuatro o cinco kilos. Y era uno de los tipos grandes... Los dominicanos están moviendo entregas de 60 kilos”.
Expuso que no hay una jerarquía como en las mafias, con un jefe, unos capitanes y unos soldados. Los traficantes dominicanos están muy fragmentados y negocian con los narcos mexicanos a nivel individual. Allí (en México) sí tienen esa estructura más o menos formal.
Dice que el narcotráfico ahora es más débil porque no tienen esa estructura. Recuerda que con la mafia en Nueva York sólo había que sentarse delante de un club en Bensonhurst o la Avenida Pleasant y se veía a todos los miembros de la familia, “porque todos debían ir a despachar con el jefe de la familia una vez por semana, eran muy visibles”.
Según dice Hunt, ahora es más difícil. “Además, muchos no son estadounidenses”, puntualiza.
“Hace un tiempo arrestamos en el Bronx a tres traficantes dominicanos, les incautamos cuatro millones de dólares en efectivo y tres kilos de heroína. El dinero se iba de vuelta a México, a cambio de la heroína. Es un buen ejemplo de cómo funciona: me das un par de kilos de heroína y yo te envío el dinero de vuelta, y así vas creando una confianza hasta que montas una estructura que crece exponencialmente. Nunca empiezas de golpe con 50 kilos”, argumentó.
Expresó que Nueva York es un punto caliente, es el “hub” de la heroína en Estados Unidos. Se intercepta más aquí que en ningún otro sitio. En Nueva York estamos interceptando 10 veces más heroína que hace siete u ocho años.
Nunca imaginó que incautaría tanta droga. “Desde 2009 se ha ido duplicando. El problema es que hay una gran población de adictos, y ese es nuestro reto, pero si no tienes a quién venderla es sólo un montón de polvo, pues no tiene valor intrínseco.
El veterano policía neoyorquino desde 1982, en una entrevista concedida al periódico El País dijo que “La mafia perdió el negocio de la heroína por los colombianos y los dominicanos”, y que ha visto pasar la droga de manos de la mafia a los cárteles de Colombia y México. Ha asistido a la caída de las familias italianas y de los reyes del narcotráfico.
“La mafia fue expulsada cuando los colombianos empezaron a producir heroína, sobre los 80 y los 90, porque bajaron el precio a la mitad. Los colombianos la suministraban y en la calle la vendían pandillas dominicanas”, explica.
Asegura que el negocio de la droga en Nueva York ha cambiado. “Hace 40 años, la mafia traía la heroína de Europa, de Sicilia o de Turquía, y la vendía a traficantes afroamericanos, como Nicky Barnes o Frank Matthews, e hispanos”.
Manifiesta que hace unos 15 años, los colombianos sufrieron un buen revés de la justicia, “y todos aquellos nombres, Ochoa, Escobar, Gacha... Todos están muertos o en la cárcel. Así que los colombianos listos decidieron que, en lugar de lidiar con los estadounidenses, sería mejor vender su mercancía a los mexicanos”. Eso ocurrió en Nueva York y sobre todo en el corredor Este. Pero los mexicanos no están en la calle, ellos negocian con los dominicanos.
Narró que la mafia cobraba unos US$200 mil por kilo, y los dominicanos están comprando esos kilos a los mexicanos por US$60 mil, US$50 mil o US$70 mil. “Hace unos años encerramos a un tipo de la mafia, Gene Gotti, que es el hermano de John Gotti, y estaba comerciando con cuatro o cinco kilos. Y era uno de los tipos grandes... Los dominicanos están moviendo entregas de 60 kilos”.
Expuso que no hay una jerarquía como en las mafias, con un jefe, unos capitanes y unos soldados. Los traficantes dominicanos están muy fragmentados y negocian con los narcos mexicanos a nivel individual. Allí (en México) sí tienen esa estructura más o menos formal.
Dice que el narcotráfico ahora es más débil porque no tienen esa estructura. Recuerda que con la mafia en Nueva York sólo había que sentarse delante de un club en Bensonhurst o la Avenida Pleasant y se veía a todos los miembros de la familia, “porque todos debían ir a despachar con el jefe de la familia una vez por semana, eran muy visibles”.
Según dice Hunt, ahora es más difícil. “Además, muchos no son estadounidenses”, puntualiza.
“Hace un tiempo arrestamos en el Bronx a tres traficantes dominicanos, les incautamos cuatro millones de dólares en efectivo y tres kilos de heroína. El dinero se iba de vuelta a México, a cambio de la heroína. Es un buen ejemplo de cómo funciona: me das un par de kilos de heroína y yo te envío el dinero de vuelta, y así vas creando una confianza hasta que montas una estructura que crece exponencialmente. Nunca empiezas de golpe con 50 kilos”, argumentó.
Expresó que Nueva York es un punto caliente, es el “hub” de la heroína en Estados Unidos. Se intercepta más aquí que en ningún otro sitio. En Nueva York estamos interceptando 10 veces más heroína que hace siete u ocho años.
Nunca imaginó que incautaría tanta droga. “Desde 2009 se ha ido duplicando. El problema es que hay una gran población de adictos, y ese es nuestro reto, pero si no tienes a quién venderla es sólo un montón de polvo, pues no tiene valor intrínseco.
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