WASHINGTON (EFE)-. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, aseguró ayer que no ha habido “ningún ataque” acústico contra los diplomáticos estadounidenses en Cuba, y acusó al Gobierno de Estados Unidos de mentir al respecto para “dañar la relación bilateral”.
“Puedo afirmar rotundamente que quien afirma que han habido ataques, actos deliberados o incidentes específicos como causa de estos daños de salud, miente deliberadamente”, aseguró Rodríguez en una conferencia de prensa en Washington.
“Se están utilizando estos daños de salud como pretexto de naturaleza política, con objetivos políticos, para eliminar los progresos alcanzados y dañar la relación bilateral” entre Estados Unidos y Cuba, añadió el ministro.
Al ser preguntado si acusa al Gobierno de Donald Trump de inventarse los ataques que, según Washington, han causado síntomas físicos a al menos 24 diplomáticos estadounidenses, Rodríguez se limitó a indicar que lo que tiene claro es que “no ha ocurrido ningún ataque”.
“Si el Gobierno de EE.UU. opina lo contrario, lo invito a presentar evidencias. Puede excluirse absolutamente la posibilidad de que nadie haya realizado actos deliberados contra el personal norteamericano acreditado en La Habana y sus familiares”, subrayó.
El ministro de Exteriores cubano basó esas afirmaciones en la investigación sobre los hechos de las autoridades cubanas, que “han concluido preliminarmente que no existe evidencia alguna sobre la ocurrencia de los alegados incidentes”.
Aseguró además, que según “especialistas médicos”, es “imposible que una sola causa explique la diversidad de signos y síntomas médicos que han presentado dichos diplomáticos”.
“Esas afecciones de salud no pueden deberse a un solo origen o a un solo hecho”, insistió.
“Llama poderosamente la atención entonces, que el Gobierno de Estados Unidos siga hablando de ‘ataques’ y ‘ataques acústicos’ y tome medidas punitivas contra Cuba, cuando está demostrado pericialmente que esto no es posible”, afirmó.
A raíz de los supuestos ataques, el Departamento de Estado ha retirado a más de la mitad de su personal en La Habana, expulsado a dos tercios de los funcionarios de la embajada cubana en Washington y recomendado a los estadounidenses que no viajen a Cuba.
“Las medidas adoptadas contra Cuba son injustificadas y políticamente motivadas, no se basan en evidencias ni en resultados investigativos”, subrayó.
Las tensiones sobre los supuestos ataques se han sumado a las ya generadas por el anuncio de Trump, en junio, de que restringiría ciertos viajes de estadounidenses a Cuba y de que apoyaba el embargo comercial impuesto hace más de medio siglo a la isla.
Rodríguez advirtió de que si el Gobierno estadounidense no deja de “politizar” el tema de los supuestos ataques, eso “puede provocar una escalada y hacer retroceder más las relaciones bilaterales, con consecuencias perjudiciales para ambos pueblos y países”.
Durante su visita a Washington, el ministro se reunió ayer con “más de una docena de senadores y congresistas”, a los que no quiso identificar, además de con “empresarios y representantes de centros académicos”, pero no tuvo ningún encuentro con el Gobierno de Trump.
“Puedo afirmar rotundamente que quien afirma que han habido ataques, actos deliberados o incidentes específicos como causa de estos daños de salud, miente deliberadamente”, aseguró Rodríguez en una conferencia de prensa en Washington.
“Se están utilizando estos daños de salud como pretexto de naturaleza política, con objetivos políticos, para eliminar los progresos alcanzados y dañar la relación bilateral” entre Estados Unidos y Cuba, añadió el ministro.
Al ser preguntado si acusa al Gobierno de Donald Trump de inventarse los ataques que, según Washington, han causado síntomas físicos a al menos 24 diplomáticos estadounidenses, Rodríguez se limitó a indicar que lo que tiene claro es que “no ha ocurrido ningún ataque”.
“Si el Gobierno de EE.UU. opina lo contrario, lo invito a presentar evidencias. Puede excluirse absolutamente la posibilidad de que nadie haya realizado actos deliberados contra el personal norteamericano acreditado en La Habana y sus familiares”, subrayó.
El ministro de Exteriores cubano basó esas afirmaciones en la investigación sobre los hechos de las autoridades cubanas, que “han concluido preliminarmente que no existe evidencia alguna sobre la ocurrencia de los alegados incidentes”.
Aseguró además, que según “especialistas médicos”, es “imposible que una sola causa explique la diversidad de signos y síntomas médicos que han presentado dichos diplomáticos”.
“Esas afecciones de salud no pueden deberse a un solo origen o a un solo hecho”, insistió.
“Llama poderosamente la atención entonces, que el Gobierno de Estados Unidos siga hablando de ‘ataques’ y ‘ataques acústicos’ y tome medidas punitivas contra Cuba, cuando está demostrado pericialmente que esto no es posible”, afirmó.
A raíz de los supuestos ataques, el Departamento de Estado ha retirado a más de la mitad de su personal en La Habana, expulsado a dos tercios de los funcionarios de la embajada cubana en Washington y recomendado a los estadounidenses que no viajen a Cuba.
“Las medidas adoptadas contra Cuba son injustificadas y políticamente motivadas, no se basan en evidencias ni en resultados investigativos”, subrayó.
Las tensiones sobre los supuestos ataques se han sumado a las ya generadas por el anuncio de Trump, en junio, de que restringiría ciertos viajes de estadounidenses a Cuba y de que apoyaba el embargo comercial impuesto hace más de medio siglo a la isla.
Rodríguez advirtió de que si el Gobierno estadounidense no deja de “politizar” el tema de los supuestos ataques, eso “puede provocar una escalada y hacer retroceder más las relaciones bilaterales, con consecuencias perjudiciales para ambos pueblos y países”.
Durante su visita a Washington, el ministro se reunió ayer con “más de una docena de senadores y congresistas”, a los que no quiso identificar, además de con “empresarios y representantes de centros académicos”, pero no tuvo ningún encuentro con el Gobierno de Trump.
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