Santo Domingo -. Ensangrentadas quedaron las escaleras que conducen al apartamento 204 del edificio 44 del residencial Carmen Renata III, en el distrito municipal de Pantoja, provincia Santo Domingo, donde este lunes aproximadamente a la 1:00 de la tarde un capitán del Ejército de la República Dominicana dio muerte a una mujer y luego se suicidó.
El capitán Secundino García, de 53 años, mató a su expareja, la profesora Mirelis Pérez Urbáez, de 38 años, y luego se suicidó, después que la fémina llegara al apartamento del oficial.
Residentes del residencial aún no salen del asombro, luego de escuchar un disparo, los gritos de “auxilio” de la mujer que huía desesperada dentro del apartamento, al percatarse que había ido al lugar para ser asesinada, un segundo tiro que la alcanzó y le quitó la vida, y un tercero que de manera suicida se hizo el militar tras cometer el crimen.
Según vecinos, el oficial García era un hombre respetuoso y de trabajo, que nunca había dado señales de violencia, y que no había tenido conflicto en su lugar de residencia.
“Llama a la policía, que me voy a dar un tiro”, dijo por teléfono García a su hijo que vive más cerca, previo a cometer el crimen.
El asesino suicida tenía tres hijos, quienes tras la llamada corrieron despavoridos al lugar y encontraron dos cadáveres.
En cuanto a Pérez Urbáez, la mujer ultimada, se desempeñaba como profesora en la escuela que funciona en el liceo Fe y Alegría de Pantoja, y tenía cuatro hijos.
Los cadáveres fueron retirados por una unidad del 911, aproximadamente a las 4:00 de la tarde, que luego los trasladó a la morgue del Hospital Marcelino Vélez Santana, en el sector Herrera, Santo Domingo Oeste.
Se informó que durante varios años ambos tuvieron una relación clandestina, puesto que no vivían juntos, no tenían hijos en común, ni estaban emparentados formalmente, pero hacía tres meses que se habían separado.
“Nunca escuchamos ningún pleito, ella ni siquiera vivía con él, o al menos yo no la había visto” narra una vecina cercana a la tragedia.
Un promedio de 102 mujeres son asesinadas cada año en el país, según cifras de la Procuraduría General de la República, situación que no da señales de cambiar, pese a todos los esfuerzos públicos y privados por combatir este mal.
El capitán Secundino García, de 53 años, mató a su expareja, la profesora Mirelis Pérez Urbáez, de 38 años, y luego se suicidó, después que la fémina llegara al apartamento del oficial.
Residentes del residencial aún no salen del asombro, luego de escuchar un disparo, los gritos de “auxilio” de la mujer que huía desesperada dentro del apartamento, al percatarse que había ido al lugar para ser asesinada, un segundo tiro que la alcanzó y le quitó la vida, y un tercero que de manera suicida se hizo el militar tras cometer el crimen.
Según vecinos, el oficial García era un hombre respetuoso y de trabajo, que nunca había dado señales de violencia, y que no había tenido conflicto en su lugar de residencia.
“Llama a la policía, que me voy a dar un tiro”, dijo por teléfono García a su hijo que vive más cerca, previo a cometer el crimen.
El asesino suicida tenía tres hijos, quienes tras la llamada corrieron despavoridos al lugar y encontraron dos cadáveres.
En cuanto a Pérez Urbáez, la mujer ultimada, se desempeñaba como profesora en la escuela que funciona en el liceo Fe y Alegría de Pantoja, y tenía cuatro hijos.
Los cadáveres fueron retirados por una unidad del 911, aproximadamente a las 4:00 de la tarde, que luego los trasladó a la morgue del Hospital Marcelino Vélez Santana, en el sector Herrera, Santo Domingo Oeste.
Se informó que durante varios años ambos tuvieron una relación clandestina, puesto que no vivían juntos, no tenían hijos en común, ni estaban emparentados formalmente, pero hacía tres meses que se habían separado.
“Nunca escuchamos ningún pleito, ella ni siquiera vivía con él, o al menos yo no la había visto” narra una vecina cercana a la tragedia.
Un promedio de 102 mujeres son asesinadas cada año en el país, según cifras de la Procuraduría General de la República, situación que no da señales de cambiar, pese a todos los esfuerzos públicos y privados por combatir este mal.
(Fuente: listindiario.com)
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