LONDRES (EFE)-. Un equipo de científicos de Estados Unidos ha desarrollado un material sintético suave y elástico que reproduce las características de los músculos humanos y permitirá mejorar la fabricación de robots, informa este martes la revista “Nature Communications”.
Los expertos del laboratorio de Máquinas Creativas de la Facultad de Ingeniería de Columbia, dirigido por Hod Lipson, han resuelto así uno de los grandes obstáculos en la creación de robots suaves “cuyas acciones puedan emular los actos y movimientos de sistema biológicos naturales”, se explica en el artículo.
Este tejido, que cuenta con una “habilidad expansiva intrínseca” -no depende de un mecanismo externo-, es tres veces más fuerte que el músculo humano, tiene una gran capacidad de estiramiento y resistencia y es suave al tacto, señalan los expertos.
El material, que se puede imprimir en tres dimensiones con la forma deseada, fue elaborado por Aslan Miriyev con una goma de silicona con etanol distribuido a través de microburbujas.
Según los investigadores, es “fácil de fabricar, barato y está elaborado con materiales seguros para el medio ambiente”.
Tras ser imprimido en tres dimensiones, los científicos probaron este músculo artificial activándolo eléctricamente en varias funciones robóticas.
En esos experimentos, demostró una gran capacidad de expansión y contracción, entre otras propiedades que pueden ser útiles “para la fabricación de robots que deben interactuar con el público”, por ejemplo en el sector sanitario, indican.
“Nuestro material suave y funcional puede servir como un músculo suave pero fuerte, y posiblemente revolucionará el modo en que hoy se diseñan las soluciones para la robótica suave”, afirmó Moriyev.
“Puede empujar, estirar, doblar, retorcer y levantar peso. Es el material artificial más parecido al músculo humano que tenemos”, asegura.
Lipson señaló que, si bien se han hecho grandes avances “en los cerebros de los robots”, sus cuerpos “aún son primitivos”.
Con el nuevo material, se ha “superado una de las principales barreras para la fabricación de robots de apariencia humana”, agrega.
Según se apunta en el artículo, los investigadores seguirán desarrollando el material y sus funciones, para mejorar su velocidad de respuesta y su durabilidad, y su intención final será introducir inteligencia artificial para emular un movimiento natural.
Los expertos del laboratorio de Máquinas Creativas de la Facultad de Ingeniería de Columbia, dirigido por Hod Lipson, han resuelto así uno de los grandes obstáculos en la creación de robots suaves “cuyas acciones puedan emular los actos y movimientos de sistema biológicos naturales”, se explica en el artículo.
Este tejido, que cuenta con una “habilidad expansiva intrínseca” -no depende de un mecanismo externo-, es tres veces más fuerte que el músculo humano, tiene una gran capacidad de estiramiento y resistencia y es suave al tacto, señalan los expertos.
El material, que se puede imprimir en tres dimensiones con la forma deseada, fue elaborado por Aslan Miriyev con una goma de silicona con etanol distribuido a través de microburbujas.
Según los investigadores, es “fácil de fabricar, barato y está elaborado con materiales seguros para el medio ambiente”.
Tras ser imprimido en tres dimensiones, los científicos probaron este músculo artificial activándolo eléctricamente en varias funciones robóticas.
En esos experimentos, demostró una gran capacidad de expansión y contracción, entre otras propiedades que pueden ser útiles “para la fabricación de robots que deben interactuar con el público”, por ejemplo en el sector sanitario, indican.
“Nuestro material suave y funcional puede servir como un músculo suave pero fuerte, y posiblemente revolucionará el modo en que hoy se diseñan las soluciones para la robótica suave”, afirmó Moriyev.
“Puede empujar, estirar, doblar, retorcer y levantar peso. Es el material artificial más parecido al músculo humano que tenemos”, asegura.
Lipson señaló que, si bien se han hecho grandes avances “en los cerebros de los robots”, sus cuerpos “aún son primitivos”.
Con el nuevo material, se ha “superado una de las principales barreras para la fabricación de robots de apariencia humana”, agrega.
Según se apunta en el artículo, los investigadores seguirán desarrollando el material y sus funciones, para mejorar su velocidad de respuesta y su durabilidad, y su intención final será introducir inteligencia artificial para emular un movimiento natural.
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