AP -. El presidente Nicolás Maduro acusó a los gobiernos de Colombia y México de trabajar en colaboración con la CIA en un plan para derrocar a su gobierno y justificar una intervención en Venezuela.
Según Maduro, el director de la CIA Mike Pompeo con la anuencia del gobierno de Estados Unidos, “trabaja en colaboración directa con el gobierno de México y el gobierno de Colombia para derrocar al gobierno constitucional de Venezuela e intervenir” a este país sudamericano agobiado por una severa crisis social, económica y política.
El gobernante rechazó las recientes declaraciones de Pompeo ante un foro sobre seguridad celebrado en Aspen, donde dijo que Estados Unidos “ha sostenido reuniones en Colombia y México para avaluar las maniobras a aplicar desde estas naciones” y “lograr un mejor resultado” en Venezuela.
Maduro acotó en un discurso televisado que a Pompeo “nadie lo ha obligado a decirlo, lo ha declarado por voluntad e iniciativa propia”.
Horas antes, el canciller venezolano Samuel Moncada declaró que Pompeo “es el director de la Agencia Central de Inteligencia, la misma agencia que derrocó al gobierno de Salvador Allende (Chile), al gobierno de Jacobo Árbenz (Guatemala)” y “es la misma agencia que se ha especializado en derrocar gobiernos en todo el mundo”.
Maduro _a semejanza de su predecesor y mentor, el fallecido presidente Hugo Chávez_ ha acusado repetidamente a Washington de ser parte de un complot para derrocar su gobierno socialista.
Las continuas fricciones no han afectado los estrechos lazos comerciales que tienen ambos países. Estados Unidos sigue siendo uno de los principales compradores de petróleo venezolano, pese a que no cuentan con embajadores asignados desde 2010.
“Yo le exijo hoy día del nacimiento de nuestro Libertador al gobierno de México y al gobierno de Colombia que aclaren suficientemente estas declaraciones del director de la CIA y en correspondencia tomaré decisiones de carácter político y diplomático “, agregó el mandatario durante los actos conmemorativos del natalicio del prócer de la independencia sudamericana, Simón Bolívar.
Desde finales de marzo, Maduro enfrenta una andanada de protestas antigubernamentales en las que han muerto al menos 97 personas.
El desempeño de los cuerpos de seguridad y las acusaciones de supuestas violaciones de derechos humanos en la contención de las protestas, ha generado preocupación entre varios gobiernos, incluido México y Colombia, que han exhortado a Maduro a garantizar la realización de movilizaciones pacíficas y a que suspenda las elecciones de los miembros de una Asamblea Constituyente programada para el 30 de julio.
La alianza opositora venezolana _que no postuló candidatos tras catalogar de inconstitucional la iniciativa, porque la convocatoria de Maduro no contó con un referendo previo como lo dicta la ley_ sostiene que la Constituyente es parte de un plan del mandatario para consolidar su poder sobre las pocas instituciones que quedan fuera del control del oficialismo.
Según Maduro, el director de la CIA Mike Pompeo con la anuencia del gobierno de Estados Unidos, “trabaja en colaboración directa con el gobierno de México y el gobierno de Colombia para derrocar al gobierno constitucional de Venezuela e intervenir” a este país sudamericano agobiado por una severa crisis social, económica y política.
El gobernante rechazó las recientes declaraciones de Pompeo ante un foro sobre seguridad celebrado en Aspen, donde dijo que Estados Unidos “ha sostenido reuniones en Colombia y México para avaluar las maniobras a aplicar desde estas naciones” y “lograr un mejor resultado” en Venezuela.
Maduro acotó en un discurso televisado que a Pompeo “nadie lo ha obligado a decirlo, lo ha declarado por voluntad e iniciativa propia”.
Horas antes, el canciller venezolano Samuel Moncada declaró que Pompeo “es el director de la Agencia Central de Inteligencia, la misma agencia que derrocó al gobierno de Salvador Allende (Chile), al gobierno de Jacobo Árbenz (Guatemala)” y “es la misma agencia que se ha especializado en derrocar gobiernos en todo el mundo”.
Maduro _a semejanza de su predecesor y mentor, el fallecido presidente Hugo Chávez_ ha acusado repetidamente a Washington de ser parte de un complot para derrocar su gobierno socialista.
Las continuas fricciones no han afectado los estrechos lazos comerciales que tienen ambos países. Estados Unidos sigue siendo uno de los principales compradores de petróleo venezolano, pese a que no cuentan con embajadores asignados desde 2010.
“Yo le exijo hoy día del nacimiento de nuestro Libertador al gobierno de México y al gobierno de Colombia que aclaren suficientemente estas declaraciones del director de la CIA y en correspondencia tomaré decisiones de carácter político y diplomático “, agregó el mandatario durante los actos conmemorativos del natalicio del prócer de la independencia sudamericana, Simón Bolívar.
Desde finales de marzo, Maduro enfrenta una andanada de protestas antigubernamentales en las que han muerto al menos 97 personas.
El desempeño de los cuerpos de seguridad y las acusaciones de supuestas violaciones de derechos humanos en la contención de las protestas, ha generado preocupación entre varios gobiernos, incluido México y Colombia, que han exhortado a Maduro a garantizar la realización de movilizaciones pacíficas y a que suspenda las elecciones de los miembros de una Asamblea Constituyente programada para el 30 de julio.
La alianza opositora venezolana _que no postuló candidatos tras catalogar de inconstitucional la iniciativa, porque la convocatoria de Maduro no contó con un referendo previo como lo dicta la ley_ sostiene que la Constituyente es parte de un plan del mandatario para consolidar su poder sobre las pocas instituciones que quedan fuera del control del oficialismo.
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