SANTIAGO DE CHILE (AP)-. El Senado de Chile despenalizó por mayoría el aborto en casos de riesgo para la vida de la madre, por inviabilidad del feto y violación, en una maratónica jornada que se extendió hasta la madrugada del miércoles.
Los legisladores despenalizaron el aborto en caso de riesgo para la vida de la madre por 20 votos a favor y 14 en contra; la inviabilidad del feto por 19 sufragios a favor y 14 en contra y el embarazo por violación por 18-16.
Senadores del bloque opositor derechista Chile Vamos anunciaron que recurrirán al Tribunal Constitucional para demostrar que el proyecto contraviene la Constitución, una táctica que ya le reportó resultados con otras normativas en el pasado.
Antes de que se convierta en ley, el proyecto impulsado por la presidenta Michelle Bachelet deberá ser aprobado el miércoles por los diputados, que tendrán que votar además las modificaciones introducidas por el Senado. Si la votación no sale adelante, el texto pasará a una comisión mixta de diputados y senadores. El gobierno tiene mayoría en la cámara baja.
El ejecutivo necesitaba mayoría simple para aprobar la iniciativa, por lo que un legislador oficialista con licencia médica por un infarto cardíaco se presentó a votar, igual que otro de la oposición que adelantó su regreso de unas vacaciones en el extranjero.
Con la ley actual, una mujer sorprendida en un aborto enfrenta cinco años de cárcel, la misma pena que se aplica al médico o persona que lo practique. Si una mujer llega a un hospital con síntomas de haber abortado, debe ser denunciada a la policía para evitar una sanción judicial.
“Yo no soy partidaria del aborto, pero creo que cuando estamos hablando de tres causales excepcionales, la respuesta del Estado no puede ser la cárcel para las mujeres”, declaró Carolina Goic, presidenta del oficialista Partido Demócrata Cristiano (PDC).
Patricio Walker, que milita en la formación de Goic, afirmó que “ningún médico trata una enfermedad matando al paciente”.
No existen cifras oficiales sobre el número de abortos que se realizan en Chile, aunque algunos cálculos señalan que rondarían los 30.000, 100.000 según las estimaciones más altas. El aborto terapéutico estuvo en vigor en el país entre 1931 y los primeros meses de 1989 cuando, a días de dejar el poder, la dictadura lo eliminó.
Bachelet envió el proyecto al Congreso en enero de 2015 y la cámara lo aprobó en marzo de 2016. Sin embargo, ante la demora de su tramitación en el Senado, la mandataria lo calificó de asunto de suma urgencia, lo que obligó a los legisladores a tramitarlo y votarlo entre el lunes y el martes.
Si la ley sale adelante, Chile dejará de ser uno de los tres países latinoamericanos que prohíben el aborto, junto a Nicaragua y El Salvador.
La iniciativa enfrentó múltiples trabas de la oposición derechista y de senadores oficialistas del PDC. Los senadores votaron además indicaciones sobre la objeción de conciencia _ que la derecha quiere que se extienda a todo el equipo médico que realiza el aborto _, el programa de acompañamiento a la mujer, sanciones del procedimiento penal y la participación de los padres.
Los legisladores despenalizaron el aborto en caso de riesgo para la vida de la madre por 20 votos a favor y 14 en contra; la inviabilidad del feto por 19 sufragios a favor y 14 en contra y el embarazo por violación por 18-16.
Senadores del bloque opositor derechista Chile Vamos anunciaron que recurrirán al Tribunal Constitucional para demostrar que el proyecto contraviene la Constitución, una táctica que ya le reportó resultados con otras normativas en el pasado.
Antes de que se convierta en ley, el proyecto impulsado por la presidenta Michelle Bachelet deberá ser aprobado el miércoles por los diputados, que tendrán que votar además las modificaciones introducidas por el Senado. Si la votación no sale adelante, el texto pasará a una comisión mixta de diputados y senadores. El gobierno tiene mayoría en la cámara baja.
El ejecutivo necesitaba mayoría simple para aprobar la iniciativa, por lo que un legislador oficialista con licencia médica por un infarto cardíaco se presentó a votar, igual que otro de la oposición que adelantó su regreso de unas vacaciones en el extranjero.
Con la ley actual, una mujer sorprendida en un aborto enfrenta cinco años de cárcel, la misma pena que se aplica al médico o persona que lo practique. Si una mujer llega a un hospital con síntomas de haber abortado, debe ser denunciada a la policía para evitar una sanción judicial.
“Yo no soy partidaria del aborto, pero creo que cuando estamos hablando de tres causales excepcionales, la respuesta del Estado no puede ser la cárcel para las mujeres”, declaró Carolina Goic, presidenta del oficialista Partido Demócrata Cristiano (PDC).
Patricio Walker, que milita en la formación de Goic, afirmó que “ningún médico trata una enfermedad matando al paciente”.
No existen cifras oficiales sobre el número de abortos que se realizan en Chile, aunque algunos cálculos señalan que rondarían los 30.000, 100.000 según las estimaciones más altas. El aborto terapéutico estuvo en vigor en el país entre 1931 y los primeros meses de 1989 cuando, a días de dejar el poder, la dictadura lo eliminó.
Bachelet envió el proyecto al Congreso en enero de 2015 y la cámara lo aprobó en marzo de 2016. Sin embargo, ante la demora de su tramitación en el Senado, la mandataria lo calificó de asunto de suma urgencia, lo que obligó a los legisladores a tramitarlo y votarlo entre el lunes y el martes.
Si la ley sale adelante, Chile dejará de ser uno de los tres países latinoamericanos que prohíben el aborto, junto a Nicaragua y El Salvador.
La iniciativa enfrentó múltiples trabas de la oposición derechista y de senadores oficialistas del PDC. Los senadores votaron además indicaciones sobre la objeción de conciencia _ que la derecha quiere que se extienda a todo el equipo médico que realiza el aborto _, el programa de acompañamiento a la mujer, sanciones del procedimiento penal y la participación de los padres.
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