WASHINGTON (AP) — El Pentágono enviará casi 4.000 soldados estadounidense adicionales a Afganistán con la esperanza de romper el estancamiento en una guerra que ha pasado ahora a un tercer comandante en jefe de Estados Unidos, dijo el jueves un funcionario federal.
El despliegue será el más grande de fuerzas armadas del país en la joven presidencia de Donald Trump.
La decisión del secretario de Defensa, Jim Mattis, podría ser anunciada como pronto la próxima semana, señaló el funcionario. Se produce después de que Trump autorizase a Mattis a ajustar los niveles de tropas y pretende atender las aseveraciones del máximo comandante estadounidense en Afganistán de que no tiene fuerzas suficientes para ayudar al ejército afgano contra un resurgimiento de los talibanes.
La creciente amenaza de extremistas del grupo Estado islámico, evidenciada en una serie de ataques letales en la capital afgana, Kabul, y la muerte en combate de varios soldados estadounidenses, han alimentado los llamados para una presencia más fuerte.
La mayoría de los soldados adicionales entrenarán y asesorarán a fuerzas afganas, según el funcionario, quien solicitó no ser identificado porque no estaba autorizado a hablar públicamente sobre detalles de la decisión. Una cifra más pequeña sería asignada a operaciones antiterroristas contra los talibanes y el grupo EI, agregó.
Ante la petición de comentarios, un portavoz del Pentágono, el capitán de la Armada Jeff Davis, dijo: “No se han tomado decisiones”.
Daulat Waziri, vocero del Ministerio de Defensa de Afganistán, se mostró reacio a comentar los detalles de la operación el viernes, pero dijo que el gobierno de su país respalda la decisión de Washington de enviar más soldados.
"Estados Unidos sabe que estamos luchando contra el terrorismo", dijo. "Queremos terminar esta guerra en Afganistán con la ayuda de la alianza de la OTAN”.
No hubo reportes inmediatos que señalen que los aliados de la OTAN vayan a incrementar también su presencia en la nación. En la actualidad hay 8.500 soldados estadounidenses en suelo afgano.
"Somos el frente de la guerra internacional contra el terrorismo”, señaló Waziri.
Aunque Trump ha delegado la autoridad sobre el número de soldados estadounidenses en Afganistán, la responsabilidad por las guerras que libra el país y los hombres y mujeres que combaten en ellas descansa sobre sus hombros. Trump heredó el conflicto más largo en la historia estadounidense, que no tiene un punto de salida claro ni una estrategia definida para una victoria estadounidense.
La presencia militar de Washington en el país asiático durante el gobierno de Trump es menor que en las presidencias de Barack Obama y George W. Bush. En 2009, Obama autorizó el envío de 30.000 efectivos, con lo que la fuerza sobre el terreno sumaba 100.000 soldados, antes de reducir la cifra durante el resto de su mandato.
Trump apenas habló de Afganistán durante su campaña presidencial ni tras llegar a la Casa Blanca, concentrándose en su lugar en terminar con el grupo Estado Islámico en Siria e Irak. Sus dos predecesores esperaban ganar la guerra afgana, pero tuvieron pocos éxitos. Bush logró un rápido triunfo al ayudar a grupos insurgentes aliados a derrocar a los talibanes poco después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, pero sus avances desaparecieron al centrarse en la guerra de Irak. Cuando el foco regresó a la nación asiática, Obama eliminó a gran parte de la red de Al Qaeda en el país y autorizó la misión que terminó con la vida de Osama bin Laden, aunque no logró frenar la rebelión de los talibanes.
El despliegue será el más grande de fuerzas armadas del país en la joven presidencia de Donald Trump.
La decisión del secretario de Defensa, Jim Mattis, podría ser anunciada como pronto la próxima semana, señaló el funcionario. Se produce después de que Trump autorizase a Mattis a ajustar los niveles de tropas y pretende atender las aseveraciones del máximo comandante estadounidense en Afganistán de que no tiene fuerzas suficientes para ayudar al ejército afgano contra un resurgimiento de los talibanes.
La creciente amenaza de extremistas del grupo Estado islámico, evidenciada en una serie de ataques letales en la capital afgana, Kabul, y la muerte en combate de varios soldados estadounidenses, han alimentado los llamados para una presencia más fuerte.
La mayoría de los soldados adicionales entrenarán y asesorarán a fuerzas afganas, según el funcionario, quien solicitó no ser identificado porque no estaba autorizado a hablar públicamente sobre detalles de la decisión. Una cifra más pequeña sería asignada a operaciones antiterroristas contra los talibanes y el grupo EI, agregó.
Ante la petición de comentarios, un portavoz del Pentágono, el capitán de la Armada Jeff Davis, dijo: “No se han tomado decisiones”.
Daulat Waziri, vocero del Ministerio de Defensa de Afganistán, se mostró reacio a comentar los detalles de la operación el viernes, pero dijo que el gobierno de su país respalda la decisión de Washington de enviar más soldados.
"Estados Unidos sabe que estamos luchando contra el terrorismo", dijo. "Queremos terminar esta guerra en Afganistán con la ayuda de la alianza de la OTAN”.
No hubo reportes inmediatos que señalen que los aliados de la OTAN vayan a incrementar también su presencia en la nación. En la actualidad hay 8.500 soldados estadounidenses en suelo afgano.
"Somos el frente de la guerra internacional contra el terrorismo”, señaló Waziri.
Aunque Trump ha delegado la autoridad sobre el número de soldados estadounidenses en Afganistán, la responsabilidad por las guerras que libra el país y los hombres y mujeres que combaten en ellas descansa sobre sus hombros. Trump heredó el conflicto más largo en la historia estadounidense, que no tiene un punto de salida claro ni una estrategia definida para una victoria estadounidense.
La presencia militar de Washington en el país asiático durante el gobierno de Trump es menor que en las presidencias de Barack Obama y George W. Bush. En 2009, Obama autorizó el envío de 30.000 efectivos, con lo que la fuerza sobre el terreno sumaba 100.000 soldados, antes de reducir la cifra durante el resto de su mandato.
Trump apenas habló de Afganistán durante su campaña presidencial ni tras llegar a la Casa Blanca, concentrándose en su lugar en terminar con el grupo Estado Islámico en Siria e Irak. Sus dos predecesores esperaban ganar la guerra afgana, pero tuvieron pocos éxitos. Bush logró un rápido triunfo al ayudar a grupos insurgentes aliados a derrocar a los talibanes poco después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, pero sus avances desaparecieron al centrarse en la guerra de Irak. Cuando el foco regresó a la nación asiática, Obama eliminó a gran parte de la red de Al Qaeda en el país y autorizó la misión que terminó con la vida de Osama bin Laden, aunque no logró frenar la rebelión de los talibanes.
EEUU enviará otros 4,000 soldados a Afganistán
Reviewed by Noticias del Noroeste
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viernes, junio 16, 2017
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