Manila (EFE)-. El Gobierno de Filipinas espera que se produzca una reunión "informal" entre el presidente filipino, Rodrigo Duterte, y Barack Obama, tras cancelarse el encuentro oficial previsto ayer por los insultos del mandatario asiático al estadounidense.
El portavoz del Ministerio de Exteriores, Charles Jose, afirmó que aún hay posibilidades de algún tipo de encuentro entre ambos mandatarios, que asisten a la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que se celebra en Laos.
"En la cena de gala de hoy puede que surja la ocasión para que se encuentren", explicó Jose en una entrevista con la emisora local GMA.
Las declaraciones del representante del gobierno de Filipinas se producen después de que Obama cancelara la reunión que debía mantener con Duterte tras los insultos del filipino, que llamó "hijo de puta" al mandatario estadounidense el pasado lunes poco antes de partir hacia Laos.
Pese al claro gesto de distanciamiento de Obama, que calificó a Duterte de "extravagante", José se mostró confiado en que las relaciones entre EEUU y Filipinas no se verán dañadas por el incidente diplomático.
"Hay muchas más cosas que nos unen, o sea que confiamos en poder continuar con nuestra amistad, colaboración y cooperación con los EEUU", declaró Jose.
Tras los exabruptos de Duterte, dirigidos hacia Obama durante una comparecencia en la que rechazó la intervención de otros países en su polémica campaña antidrogas que ha dejado cerca de 2.500 muertos, Manila se esforzó ayer por rebajar su tono y tratar de limar asperezas con EEUU.
Duterte dijo que lamentaba que sus insultos se hayan "entendido como un ataque personal hacia el presidente de EEUU", y expresó su "profundo aprecio y afinidad" por Obama.
"Nuestra intención principal es trazar una política exterior independiente a la vez que promocionamos lazos más estrechos con todas las naciones, especialmente EEUU, con quien hemos tenido una relación duradera", aseveró Duterte.
Filipinas es uno de los principales aliados de EEUU en esta región del Pacífico donde Obama ha reorientado la política exterior de Washington para contrarrestar el auge de China.
En los últimos años EEUU ha reforzado la cooperación militar con Manila, que se disputa con Pekín la soberanía de varios islotes del mar de China Meridional.
La cancelación del que iba a ser el primer encuentro entre Obama y Duterte ha supuesto un importante varapalo a las relaciones diplomáticas entre EEUU y Filipinas.
Ambos países son históricamente aliados pero sus nexos se han degradado desde los comicios del pasado mayo, en que Duterte fue elegido nuevo presidente filipino.
El portavoz del Ministerio de Exteriores, Charles Jose, afirmó que aún hay posibilidades de algún tipo de encuentro entre ambos mandatarios, que asisten a la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que se celebra en Laos.
"En la cena de gala de hoy puede que surja la ocasión para que se encuentren", explicó Jose en una entrevista con la emisora local GMA.
Las declaraciones del representante del gobierno de Filipinas se producen después de que Obama cancelara la reunión que debía mantener con Duterte tras los insultos del filipino, que llamó "hijo de puta" al mandatario estadounidense el pasado lunes poco antes de partir hacia Laos.
Pese al claro gesto de distanciamiento de Obama, que calificó a Duterte de "extravagante", José se mostró confiado en que las relaciones entre EEUU y Filipinas no se verán dañadas por el incidente diplomático.
"Hay muchas más cosas que nos unen, o sea que confiamos en poder continuar con nuestra amistad, colaboración y cooperación con los EEUU", declaró Jose.
Tras los exabruptos de Duterte, dirigidos hacia Obama durante una comparecencia en la que rechazó la intervención de otros países en su polémica campaña antidrogas que ha dejado cerca de 2.500 muertos, Manila se esforzó ayer por rebajar su tono y tratar de limar asperezas con EEUU.
Duterte dijo que lamentaba que sus insultos se hayan "entendido como un ataque personal hacia el presidente de EEUU", y expresó su "profundo aprecio y afinidad" por Obama.
"Nuestra intención principal es trazar una política exterior independiente a la vez que promocionamos lazos más estrechos con todas las naciones, especialmente EEUU, con quien hemos tenido una relación duradera", aseveró Duterte.
Filipinas es uno de los principales aliados de EEUU en esta región del Pacífico donde Obama ha reorientado la política exterior de Washington para contrarrestar el auge de China.
En los últimos años EEUU ha reforzado la cooperación militar con Manila, que se disputa con Pekín la soberanía de varios islotes del mar de China Meridional.
La cancelación del que iba a ser el primer encuentro entre Obama y Duterte ha supuesto un importante varapalo a las relaciones diplomáticas entre EEUU y Filipinas.
Ambos países son históricamente aliados pero sus nexos se han degradado desde los comicios del pasado mayo, en que Duterte fue elegido nuevo presidente filipino.
Filipinas espera una reunión "informal" entre Obama y Duterte en Laos
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miércoles, septiembre 07, 2016
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