¿Cuántas veces ha escuchado que no expresar la ira es malo para su
salud? Hay una idea generalizada de que reprimir el enojo no es bueno
para el cuerpo, o que por lo menos puede causar una úlcera estomacal.
Existen informes que sugieren que puede ser malo para el corazón.
Pero cuando examinamos las pruebas recopiladas a lo largo de los años, ¿qué encontramos sobre el manejo de la ira?
Con respecto a las úlceras, éstas pueden aparecer tanto si usted da
vueltas furioso en una habitación como si cocina su ira a fuego lento en
silencio.
No hay pruebas claras de la relación entre el hecho de expresar o no
el enojo y la formación de úlceras, ya que ahora se sabe que la mayoría
de ellas son causadas por la bacteria Helicobacter pylori o por el uso prolongado de fármacos antiinflamatorios sin esteroides.
Cuando se trata del corazón, las pruebas son más ambivalentes. En un
estudio realizado en la Universidad de Carolina del Norte en el año
2000, se hizo una encuesta entre 13.000 pacientes que calificaron su
propia tendencia a enojarse, y años más tarde se les realizó un
seguimiento.
Aunque su presión arterial era aparentemente normal, los que dijeron
que pierden los estribos con frecuencia tenían tres veces más
probabilidades de haber tenido ataques al corazón durante esos años que
los otros pacientes, incluso cuando se tomaron en cuenta factores como
el tabaquismo, la diabetes y el peso.
Del mismo modo, Mark McDermott de la Universidad del Este de Londres
halló que aquellas personas que expresan su ira han sufrido más
enfermedades cardíacas que aquellos que se abstuvieron de gritar.
Exprésese
Esto es bastante creíble, especialmente cuando se sabe que algunos de
los mecanismos fisiológicos a través de los cuales expresamos la ira
son dañinos. Cuando uno pierde los estribos, la cara se enrojece, se
aprieta la mandíbula y el corazón comienza a latir fuertemente
preparándose para la lucha o la huida.
En caso de necesitar energía adicional, el cuerpo toma grasa del
músculo liso. Si los ácidos grasos no son finalmente utilizados, tienen
que ir a parar a alguna parte y pueden acabar en las paredes de las
arterias: estos depósitos pueden contribuir a la enfermedad cardíaca.
Cada vez que su presión arterial se dispara, pueden quedarle
cicatrices en el tejido como consecuencia de las diminutas heridas
infligidas sobre las paredes de las arterias. Una cicatriz de vez en
cuando no es un problema, pero si se repite día tras día, el daño puede
acumularse. Un corazón sano puede hacer frente a esto, pero si alguien
ya tiene una enfermedad coronaria, a veces el aumento repentino de la
presión arterial puede causar que los depósitos de grasa en el interior
de la pared de las arterias se desprendan y bloqueen la arteria.
Si la sangre no puede llegar al corazón, el resultado es un ataque al
corazón; si no puede llegar al cerebro, será un accidente
cerebrovascular.
Pero otros estudios no han demostrado que exista una relación entre
la ira y las enfermedades cardíacas, o que las personas con presión
arterial alta sean más propensas a reprimir su ira.
En un intento por llegar al fondo del misterio, la israelí Giora
Keinan prestó atención no sólo a la frecuencia con que la gente se enoja
sino a la intensidad de la ira expresada. Keinan constató que en
términos de salud, lo mejor es enojarse mucho y tratar de exponer los
argumentos de manera “clara y firme”, pero hacerlo sólo en raras
ocasiones.
La investigadora sugiere que las personas que logran hacerlo son
probablemente las mismas que generalmente saben encontrar otras formas
de lidiar con situaciones difíciles. Esto reduce la cantidad de estrés
que esas personas experimentan, lo que mejora la función inmune y, por
tanto, la salud.
Otra posibilidad es que todo dependa de la forma en que uno expresa
la ira. Un estudio realizado en Canadá tomó a 785 adultos seleccionados
al azar y les hizo seguimiento durante una década. Se encontró que los
hombres que expresan su enfado de manera constructiva y lo utilizan para
conseguir que se haga algo, tenían menos probabilidades de desarrollar
enfermedades del corazón. En cambio, no se hallaron diferencias entre
las mujeres.
Por otra parte, tanto para hombres como mujeres, la expresión del
enojo de forma que se culpa a otros y se justifican las propias acciones
está asociada con más enfermedades cardíacas.
Preparados para la fiesta
Incluso aunque los estudios no sean concluyentes en cuanto a si la
ira es buena desde un punto de vista físico, seguramente el solo hecho
de liberar lo que llevamos dentro nos proporcione algo de alivio, ¿no es
así? Tal vez no.
Algunos terapeutas le dan a sus pacientes sacos de arena para
golpear, pero esto no siempre es tan catártico como suena. De hecho,
puede aumentar los sentimientos de ira.
En un estudio, varias personas recibieron críticas insultantes acerca
de un ensayo que habían escrito, incluyendo comentarios como por
ejemplo “este es el peor ensayo que he leído”. La mitad de las personas
tuvieron la oportunidad de descargar su ira golpeando un saco de arena.
Dijeron que lo disfrutaron, pero luego cuando en otra parte de la prueba
tuvieron que someter a un competidor a fuertes ruidos, castigaron a la
gente con ruidos más sonoros que los del otro grupo.
Parece que en lugar de calmar, el saco de golpes había vuelto a las personas más agresivas.
Entonces, ¿qué significa todo esto? Bueno, sugiere que retener la ira
no provoca demasiado daño, que un arrebato ocasional probablemente esté
bien y que no importa tanto si uno se enoja o no, sino cómo lo hace y
con qué frecuencia.
¿Realmente es malo reprimir la rabia?
Reviewed by Noticias del Noroeste
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lunes, agosto 11, 2014
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