Por ahora cuesta visualizar el orden que se supone habrá en el centro de
la ciudad, donde abundan las calles con agujeros en el pavimento y
hierros retorcidos que son una tentación para los cartoneros. La idea es
que todos los ministerios se concentren en elegantes boulevards y
revivir un distrito comercial que ya estaba moribundo antes del
terremoto.
Esta es la gran visión de Puerto Príncipe del presidente Michel
Martelly, el sueño que según él va a reemplazar lo que fue destrozado
por un terremoto de 7,0 grados de magnitud que dejó gran parte de la
capital de Haití en ruinas el 12 de enero de 2010.
Los planes bosquejados se parecen más a un acaudalado suburbio de Miami
que al casco antiguo de una ciudad que albergaba tanto instituciones
estatales como viviendas en mal estado.
"Estos planes tardarán mucho tiempo en terminarse, tal vez otros 10
años", dijo Harry Adam, director ejecutivo de la agencia gubernamental
que se encarga de la construcción de edificios públicos y viviendas.
"Pero creo que son realistas. Podemos hacerlo."
Las demoliciones para la construcción de una "ciudad administrativa"
comenzaron en junio en un espacio que abarca 30 hectáreas del centro.
Pero el plan, que algunos ven como un signo de renacimiento después del
terremoto, también ha desatado una tormenta de críticas porque los
nuevos edificios obligaron a desalojar de la noche a la mañana a un
montón de inquilinos pobres que tuvieron que abandonar sus hogares antes
de que llegaran las excavadoras.
Si bien no hay cifras disponibles de la cantidad de gente que se quedó
sin techo por las demoliciones, en el centro de la ciudad se han
instalado numerosas personas en carpas en las últimas semanas. Y han
aparecido montañas de escombros tan grandes que pareciera que hubo otro
terremoto.
Algunos sobrevivientes del temblor, que hace poco dejaron de vivir en
campamentos para instalarse en departamentos, están ocupando nuevamente
carpas o alojándose con amigos. Uno de ellos es Jean Louis Wilner, un
hombre de 32 años que tiene un hijo de dos años.
Luego de residir dos años en un campamento de carpas, pensó que
finalmente había salido de esa pesadilla. Ocupó un departamento con un
alquiler subsidiado por un año y se ganó la vida vendiendo refrescos.
Ahora se pregunta si sobrevivirá a la temporada de huracanes. Igual que
tantos otros, dice que perdió todas sus pertenencias en el terremoto o a
manos de ladrones.
"En este país no se respeta a los seres humanos. Estoy peor que después del terremoto. Es humillante", expresó.
Políticos de oposición dicen que planean movilizar a las familias
desplazadas para que protesten contra el gobierno de Martelly. "¿Les dan
unos minutos de preaviso y traen las aplanadoras? Eso es un crimen.
Estas familias no tienen adónde ir y quedan nuevamente en la calle",
sostuvo el senador Moise Jean-Charles, acérrimo opositor de Martelly.
El gobierno admite que las comunicaciones en torno a las demoliciones
pudieron haber sido mejores y aduce que algunos dueños de edificios que
fueron notificados con antelación no informaron a sus inquilinos que los
departamentos serían demolidos.
El notario Jean-Henry Ceant, quien ayuda a las personas que se quedaron
sin techo, dice que los dueños de los edificios que tienen los títulos
de propiedad en orden son compensados con celeridad. Pero en Haití,
donde los registros de propiedades son un caos, a menudo cuesta
demostrar que alguien es efectivamente dueño de un terreno o un
edificio.
Los inquilinos también son compensados... si logran demostrar que
vivieron durante una década en las instalaciones que han sido demolidas y
que han pagado por los servicios públicos, de acuerdo con el organismo
que supervisa el proyecto. "Si uno tiene recibos que corroboren que
pagó la luz, el agua... durante 10 o 15 años, entonces se le pagará",
expresó Adam.
Hay numerosos indicios de que la reconstrucción está en marcha,
incluidos los armazones de varios edificios ministeriales nuevos. La
mayor parte de las obras ha sido financiada con donaciones del programa
venezolano Petrocaribe. Las autoridades se abstuvieron de dar un
estimado, pero se espera que la primera fase del proyecto cueste unos
150 millones de dólares.
Richard Morse, administrador del Hotel Oloffson, que Graham Greene
inmortalizó en su novela "Los comediantes", dice que la visión del
gobierno para la nueva capital es deshonesta. Morse es primo hermano de
Martelly y trabajó como enviado especial a Washington, pero renunció el
año pasado disgustado con lo que describió como la "descarada
corrupción" que hay en el gobierno.
"Están tratando de usar la mayor cantidad de cemento posible para
conseguir la mayor cantidad de coimas posibles. Pero en realidad no
están arreglando nada", declaró Morse en el hotel de tres plantas, que
se encuentra no muy lejos de algunos edificios demolidos.
Adam, el funcionario oficial, insiste en que el ambicioso programa de
reconstrucción transformará el centro de Puerto Príncipe si el país
logra captar el dinero necesario para financiar las obras. "Tenemos
que mejorar la reconstrucción", indicó. "Pero eso va a costar mucho".
Para algunos residentes de Puerto Príncipe la propuesta es atractiva.
"Me encantaría que mi ciudad tuviese una imagen distinta. Quiero que
Puerto Príncipe sea como Nueva York, Miami o Canadá", dijo el agente
policial Evens Simon mientras observaba unas obras.
Reconstrucción de Haití conlleva desalojos
Reviewed by Noticias del Noroeste
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martes, julio 22, 2014
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