ABC.- Este viernes 28 de febrero se celebra el “Día mundial de las
Enfermedades Raras”, una celebración que nos recuerda un hecho sin
precedentes en la historia de la salud: el poder del movimiento
asociativo de los pacientes y como su presión mediática puede cambiar la
forma de ver a un colectivo hasta hace muy poco tiempo totalmente
olvidado, como las enfermedades que padecen, conocidas como
“enfermedades raras”.
Las enfermedades raras, llamadas también “minoritarias” o “poco
frecuentes”. La mayor parte de ellas afectan a varios órganos a la vez,
presentando una amplia diversidad de signos y síntomas que varían no
sólo de enfermedad a enfermedad, sino también dentro de una misma
patología, pudiendo tener manifestaciones clínicas muy diferentes de una
persona a otra. Pese a ello, no obstante, todas tienen una serie de
características en común:
- Son enfermedades crónicas generalmente graves, a menudo progresivas y/o degenerativas, pudiendo debutar en cualquier etapa de la vida, desde el nacimiento hasta la edad adulta.
- Afectan de forma significativa a la calidad de vida de las personas que las padecen, comprometiendo a menudo su autonomía y conllevando cuidados especiales, complejos y prolongados, además de un alto coste familiar, social y sanitario.
- La escasez de información de calidad sobre éstas para las personas afectadas y para los profesionales responsables de su atención, sumado a la falta de conocimiento científico, genera retrasos en el diagnóstico (alrededor de 5 años de media), o diagnósticos incorrectos que dificultan la investigación, lo que a su vez hace muy difícil desarrollar medicamentos eficaces para tratarlas, los llamados medicamentos huérfanos, creando desigualdades y dificultades en el acceso al tratamiento curativo y a la atención sanitaria.
- Existe una importante falta de sensibilización social y laboral/escolar de estas patologías producto del desconocimiento que hay hacia ellas.
En definitiva, los pacientes con enfermedades raras han estado
profundamente desamparados tanto desde las instituciones como desde la
sociedad en general, lo que les ha obligado a desarrollar estrategias
basadas en el asociacionismo. Asociaciones de pacientes y federaciones
de asociaciones, FEDER en nuestro país, llevan más de 20 años
visibilizando la problemática de este colectivo y mejorando
notablemente las carencias que hemos señalado a lo largo de estas
líneas. Los pacientes con enfermedades raras son pacientes crónicos como
todos los demás que, además, tienen una serie de necesidades
especiales que, entre todos, debemos intentar cubrir. Rompamos una lanza
por ellos.
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