El papa así lo ha manifestado en su mensaje para la 46 Jornada Mundial
de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2013, cuyo lema es
"Bienaventurados los que trabajan para la paz", presentado por el
cardenal Peter Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y
Paz.
El Obispo de Roma afirmó que este tiempo está caracterizado por la
globalización, "con sus aspectos positivos y negativos", así como por
sangrientos conflictos y amenazas de guerra, que "reclaman" un
compromiso renovado y concertado en la búsqueda del bien común, del
desarrollo de todos los hombres.
"Causan alarma los focos de tensión y contraposición provocados por la
creciente desigualdad entre ricos y pobres, debido al predominio de una
mentalidad egoísta e individualista que se expresa también en un
capitalismo financiero no regulado", denunció.
El Pontífice afirmó que uno de los derechos "más amenazados actualmente"
es el derecho al trabajo, "considerado una mera variable dependiente de
los mecanismos económicos y financieros.
"Ello se debe a que el trabajo y el justo reconocimiento del estatuto
jurídico de los trabajadores no están adecuadamente valorados, porque el
desarrollo económico se hace depender sobre todo de la absoluta
libertad de los mercados", afirmó.
El papa pidió que el trabajo sea revalorizado y visto como un bien
fundamental para la persona, la familia y la sociedad y exigió a los
gobernantes "nuevas y valientes políticas de trabajo para todos".
Benedicto XVI abogó por un nuevo modelo de desarrollo económico y una
nueva visión de la economía para salir de la actual crisis financiera y
económica, "que tiene como efecto -dijo- un aumento de las
desigualdades".
Para ello, agregó, los estados tienen que poner en marcha políticas de
desarrollo industrial y agrícola "que se preocupen del progreso social y
la universalización de un estado de derecho y democrático".
"Es fundamental e imprescindible, además, la estructuración ética de los
mercados monetarios, financieros y comerciales. Estos han de ser
estabilizados y mejor coordinados y controlados, de modo que no se cause
daño a los más pobres", afirmó con rotundidad.
En su mensaje, afirmó que el terrorismo, las guerras, las desigualdades
sociales y los fundamentalismos y fanatismos "que distorsionan la
verdadera naturaleza de la religión" también representan un peligro para
la paz y aseguró que cada ser humano puede ser un agente de paz.
Benedicto XVI señaló que los que trabajan por la paz aman y defienden y
promueven la vida y a este respecto volvió a defender la vida desde el
momento de la concepción hasta la muerte natural y condenó el aborto y
la eutanasia.
"¿Cómo es posible pretender la paz sin que se tutele el derecho a la
vida empezando por los aún no nacidos", se preguntó el papa, que dijo
que "no es justo codificar de manera subrepticia falsos derechos o
libertades para favorecer un pretendido derecho al aborto y a la
eutanasia".
También reiteró que el matrimonio es entre un hombre y una mujer y pidió
defenderlo "frente a los intentos de equiparlos con formas radicalmente
opuestas de unión, que en realidad dañan y contribuyen a su
desestabilización".
Benedicto XVI abogó por el reconocimiento del derecho a la objeción de
conciencia "frente a leyes y medidas gubernativas que atentan contra la
dignidad humana, como el aborto y la eutanasia".
El Obispo de Roma se mostró convencido de que el deseo de paz es una
aspiración esencial de cada hombre, pero que una condición previa para
la paz es "el desmantelamiento de la dictadura" del relativismo moral.
"La paz no es un sueño, no es una utopía: la paz es posible", subrayó el
papa, que pidió a los hombres desterrar el egoísmo y la violencia, la
codicia y el deseo de poder y dominación, la intolerancia, el odio y las
estructuras injustas.
Papa pide políticas valientes para crear trabajo, “el derecho más amenazado”
Reviewed by Noticias del Noroeste
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sábado, diciembre 15, 2012
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