República Dominicana actualmente supera a todos los países de Centroamérica en cuanto a la cantidad de legisladores por habitantes. Esta posición se reafirmará a partir del próximo 20 de mayo cuando se elijan los siete diputados de ultramar. Entonces la matrícula de diputados y senadores del Congreso Nacional pasará de 215 a 222 miembros, superando por más de un ciento a Costa Rica (57 legisladores), Panamá (71), Guatemala (80), El Salvador (84), Nicaragua (90) y Honduras (128), de acuerdo a la base de datos del Observatorio de Instituciones Representativas de América Latina, de la Universidad de Salamanca.
Sin tomar en cuenta a los diputados de ultramar, y observando la población estimada en las pasadas elecciones congresuales (9 millones 378 mil 818 habitantes), este país tiene 1 legislador por cada 43 mil 622 habitantes. El Estado centroamericano que más se le parece es Honduras, que cuenta con un legislador por cada 62 mil 500 habitantes, cuando su población es de ocho millones. Guatemala posee una población de a los 14 millones 713 mil 763 personas, pero su Congreso apenas tiene 80 curules, 142 menos que las establecidas en la Constitución vigente en República Dominicana desde el 26 de enero del 2010.
Además, resalta el hecho de que en todos los países hispanos de Centroamérica el Poder Legislativo está conformado por una sola cámara, la de diputados. Ésta asume el título de Asamblea Nacional o Legislativa en Nicaragua, Panamá, El Salvador y Costa Rica. En Honduras, la Constitución se refiere al Congreso Nacional, y en Guatemala al Congreso de la República, que son unicamerales. Dentro de este escenario, los dominicanos constituyen el único pueblo de la región que mantiene con su trabajo dos cámaras legislativas: 32 senadores y 183 diputados (y creciendo).
A este paquete de representantes habría que sumar los 20 diputados al Parlamento Centroamericano (Parlacen), un organismo cuestionado una y mil veces por la poca trascendencia de sus aportes. Los titulares del Parlacen están distribuidos de la siguiente manera: 10 pertenecen al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), 9 al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y uno al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC). Cada uno recibe un pago mensual de US$4,200 dólares (160,600 pesos dominicanos). Según la Ley de Presupuesto General del Estado, en el 2011 la representación dominicana en el Parlacen costó cerca de RD$96 millones. Caros o no, esta modalidad de integración política no es la mejor vista en Panamá, donde el Poder Ejecutivo trata de retirar la presencia del país en el Parlamento. La entidad tampoco es atractiva a Costa Rica, un estado reacio a involucrarse en el sistema.
Fuente de clientelismo
El debate sobre el tamaño del Congreso Nacional no es nuevo, pero sí ignorado por los grupos que se reparten el poder estatal desde finales de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
La socióloga Rosario Espinal explica que “es totalmente innecesario tener un Congreso tan grande” como el dominicano. Este país, dice, no necesita un Senado porque no es una república federal, y es “geográficamente pequeño”. La especialista cree que tampoco se necesita una Cámara de Diputados con 183 representantes, ni las cinco curules de ultramar que entrarán en vigencia a partir del 20 de mayo.
“Aunque se quiera presentar como una conquista merecida de los dominicanos en el exterior, en realidad es una forma de mantener los partidos activos en el extranjero. Y no hay mucho que hacer en materia legislativa a favor de esos dominicanos”. Espinal coincide con el director ejecutivo de Participación Ciudadana (PC), Javier Cabreja, al decir que el Poder Legislativo local tiene proporciones mayores a los de toda la región porque es, como el resto del Estado, una fuente del clientelismo de los grandes partidos políticos, entiéndase PLD, PRD, PRSC.
“El problema es que en República Dominicana ningún partido reduce cargos, así que no hay mucha esperanza de que se cambie esa situación. Abultar el Estado es rentable para los partidos y para el sistema clientelar. Por eso el Congreso es tan grande”, afirma la politóloga y maestra del departamento de Sociología de la Temple University de Philadelphia.
Respecto a los cinco diputados nacionales, la especialista recuerda que el objetivo de su elección era representar a los segmentos electorales minoritarios, pero en la práctica los partidos grandes (PRD y PLD) tomaron esas posiciones para ellos o se las dieron a los partidos aliados. “En la reforma constitucional del 2010 se perdió una excelente oportunidad de adecuar el número de legisladores de nuestro Congreso. Ahora tenemos un Poder Legislativo más disfuncional y menos operativo”, asegura el titular de PC, entidad que en más de una ocasión ha denunciado irregularidades administrativas, cobros excesivos y evasiones de responsabilidad observados en el honorable Congreso de la República.
Reforma agrandó el Poder Legislativo
El título tercero de la Constitución promulgada el 26 de enero del 2010 describe la estructura del Poder Legislativo. El Senado se compone de miembros elegidos a razón de uno por cada provincia y uno por el Distrito Nacional. Los diputados son 178 elegidos por circunscripción territorial, cinco diputados de nivel nacional, y siete representantes de la comunidad dominicana en el exterior. En total son 222 representantes.
Cada legislador tiene facultad para legislar, fiscalizar el aparato estatal, y representar a la población dominicana. Sin embargo, en la práctica se observa que la fiscalización y la creación de leyes relevantes obedecen más a los lineamientos de los partidos que a los intereses de los votantes. (Fuente: El Caribe)
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